Cosas que no echaremos de menos en Valencia

No echaremos de menos la cabalgata de las reinas republicanas, salvo los cerca de 200 viandantes que asistieron de media y por supuesto la sociedad cultural de tinte catalanista que recibía pingüe subvención para organizar un evento sin tradición y sin interés.

No echaremos de menos que nos cuenten que una obra en la ciudad que no tiene ni pies ni cabeza, ejemplo carril bici de la Avenida Antiguo Reino, se ha impulsado porque lo han pedido los vecinos y luego resulta que no firmaron ni cuatro. Tampoco creo que echemos mucho de menos otro carril bici, Gran Vía Fernando el Católico, ese que el alcalde Joan Ribó en una entrevista reciente decía que no recomendaría ni a sus hijos ni a sus nietos, a los demás sí. Lo más grande.

No echaremos de menos la gestión más funesta en la historia de la EMT. Y no me extiendo más porque este apartado da para varios volúmenes, estafas, incendios, el peor servicio que se recuerda, concejales blandiendo resoluciones judiciales, en resumen, un horror.

No echaremos de menos todas las trabas que desde el Ayuntamiento de Valencia se han opuesto a la ampliación del Puerto de Valencia al tiempo que se apoyaba la misma ampliación en Barcelona, ciudad que se ha llevado la Copa América, evento que sí, echaremos de menos

Pero sobre todo no echaremos de menos a un alcalde despegado de la calle, de los actos emblemáticos y destacados de la ciudad, salvo en campaña electoral claro. Llegado a este punto cabe decir que en esta campaña a 'Ribó no lo salvó ni la Virgen'.

Se acaba una época, personalista, singular en las decisiones, pero sobre todo en las formas. A Ribó lo recordaremos en nuestras charlas, no en nuestras oraciones, se lo ha ganado, sin gran esfuerzo, como es él...