«Siguió descansando»: declarada culpable la médica que se negó a atender a un paciente que murió en Valencia

Una vez sabido el dictamen del tribunal popular -siete votos a favor y dos en contra-, anunciado este lunes a última hora en la Audiencia Provincial de Valencia según ha adelantado el diario Levante-EMV, la facultativa se enfrenta a una inhabilitación de año y medio, una multa de 4.050 euros y una indemnización de 90.000 euros para la familia del fallecido.

Previamente, durante su declaración en el juicio, la sanitaria juzgada negó la comisión del delito y aseguró que cumplió los protocolos al «no poder salir del centro si no le activa el CICU». Los hechos denunciados, de acuerdo con el relato presentado por la Fiscalía, tuvieron lugar en la madrugada del 22 de septiembre de 2019, cuando el paciente, de 65 años, intervenido del corazón días antes, comenzó a empeorar. Sobre la 1.30 horas de la noche empezó a sudar, convulsionar y a realizar movimientos incontrolados del brazo derecho.

Sus hijos llamaron inmediatamente a Emergencias del 112 hasta en dos ocasiones alertando de que su padre había quedado inconsciente y que había entrado en parado cardiorrespiratoria. Mientras esperaban la llegada de los servicios sanitarios, uno de ellos acudió al centro médico, a 50 metros de la casa, para solicitar asistencia urgente y reiteró la petición cuando la situación de su padre empeoró.

Finalmente, murió en menos de una hora debido a una insuficiencia cardiorrespiratoria. Sin embargo, matizan que la ausencia de asistencia no tuvo consecuencia en la muerte del paciente que fue provocada por un taponamiento cardiaco, una patología mortal de necesidad.

No obstante, el ministerio fiscal apunta que la médica, que a esa hora estaba durmiendo en una de las dependencias del centro, se negó a salir para atender al paciente pese que ejercía de encargada de la guardia nocturna de servicio exterior y no tuvo otra atención durante su jornada laboral. Preguntó si habían llamado al 112 y al obtener una respuesta afirmativa, siguió descansando, según el escrito de acusación.

Así las cosas, la fiscalía argumentó que podría tratarse de «un comportamiento muy grave» al no facilitar la ayuda y mejora de la situación de una persona que se muere a pocos metros. Algo que, expresó, «repugna la conciencia, atenta a los principios básicos de solidaridad y lesiona la obligación de los médicos de cuidar al enfermo». «Imploraron ayuda y no hizo nada», recriminó el fiscal.

Por su parte, la médica defendió que «en absoluto» se le podía considerar culpable porque actuó con la «firme convicción» de que el Cicu movilizó todos los recursos necesarios. «Si la Administración no cumplió que pague el pato la más pringada», lamentó.

«¿Por qué iba a atender a un paciente que está a 50 metros y no a uno que estuviera a 500?», señaló la facultativa quien también expuso que «si hubiese abandonado el puesto de trabajo estaría sentada ahora en el banquillo por haberme ido». De hecho, sostiene que si la norma no ha cambiado, «volvería a hacerlo igual».