En esta ocasión, se trata de un restaurante ubicado en la localidad malagueña de Ronda que tras recibir una crítica negativa de un cliente por no realizar entregas a domicilio en su barrio, decidió explicar los motivos que justifican esta polémica decisión.
El comensal señala en su reseña que «la comida es de las mejores» pero basa su baja puntuación en el no reparto por «una mala experiencia de los empleados». «Deberían mirar eso, ya que no todos tenemos que ajustarnos a las experiencias que vivan por culpa de los demás, ya sean malas o buenas. No es problema mío, ni mi culpa. Perdéis cliente porque queréis», termina su mensaje.
Ante esta misiva, alude el propietario del establecimiento hostelero que la seguridad de sus empleados es lo primero. Comienza agradeciendo los elogios por su comida y reconociendo la belleza del barrio del comensal, pero al mismo tiempo apunta a que allí «también conviven personas que tienen por hobby amenazar con cuchillos y robar a repartidores».
«Casualmente, a nuestros repartidores se le han detectado intolerancia a las puñaladas con objetos punzantes», ironiza. «Podemos arriesgar la integridad de uno o dos repartidores para que usted reciba su comida en casa pero no tenemos una forma rápida y efectiva de reemplazar a los repartidores apuñalados», continúa bromeando.
«No es su culpa ni su problema, pero sí el nuestro por ese motivo seguiremos sin repartir por su zona, gracias», termina la aplaudida respuesta en redes sociales, donde ha contado con el inmenso apoyo de la legión de seguidores de @soycamarero. «Ha sido elegante pero también ceder a estas cosas degrada aun más el barrio y asevera su aislamiento de cualquier servicio y ayuda», lamenta un follower. «Si hay barrios a los que no entra la policía, ¿se lo vas a pedir a un repartidor?», se pregunta otro tuitero.
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