Transformación digital con mentalidad Kaizen para ser competitivos
Hablamos de un proceso universal. Implica a toda la organización. Abarca desde el ápice estratégico hasta la base
Mediación, bienestar mental e inteligencia emocional para la productividad

Aunque no es suficiente, sí es condición necesaria e imprescindible para la supervivencia; tanto como empresa como profesional. Hay que tener mentalidad Kaizen, o la habilidad que yo denomino «creatividad universal y continua orientada a la mejora». Esas fueron mis palabras en un reciente think-tank con personas que ocupan un importante rol directivo e influencia en sus organizaciones, de diferentes tamaños y de sectores muy diversos.
En aquel espacio de reflexión centrado en cómo ser competitivos en este nuevo escenario turbulento, dinámico, cambiante y digital que acontece, puse en valor la importancia de implementar la filosofía Kaizen en toda organización, independientemente del sector (industria, turismo, salud, educación, agricultura, energía, tecnológico, …), del tamaño (cotizada, pyme o startup) y del ámbito (público o privado) que sea.
Origen del Kaizen
El vocablo Kaizen es de origen japonés, y está formado por la suma de las palabras KAI (cambio) más ZEN (beneficioso, bueno). Entre sus acepciones, la podemos definir como una filosofía de vida que postula; que una actitud continua con foco en pequeñas mejoras, con mucha constancia, deriva en grandes beneficios a largo plazo. Extrapolado al mundo empresarial, este enfoque de mejora continua se centra en la idea de que los pequeños cambios y mejoras graduales pueden tener un impacto significativo en la eficiencia y en la calidad de un proceso y sostenible en el tiempo.
El Devenir de Heráclito
Por otro lado, si algo es irrefutable, especialmente en el mundo empresarial, y sobre todo en esta era digital denominada Revolución 4.0, es que vivimos en un mundo que se caracteriza por la celeridad de los cambios. Si el método Kaizen no es nuevo, de 1945, «el devenir constante de las cosas», tampoco lo es. Ya lo sostenía el filósofo griego Heráclito, en el año 540 a.C. quien manifestaba que todo está en un estado de cambio continuo y que el cambio es la única constante en la vida.
Todo proceso es mejorable
Dicho lo que antecede, debemos utilizar nuestro ingenio para, cualquier proceso, por muy mecánico que sea, mejorarlo. Porque todo es mejorable. Y una actitud creativa, por parte de todas y cada una de las personas de la organización, continuamente, puede hacer que toda actividad o proceso de la cadena de valor de la empresa sea mejor. Y si es mejor es más eficiente y/o de mayor calidad. Y, por ende, nos diferencia. Y si nos diferencia, somos más competitivos. Y si somos competitivos, en un mercado libre, sobrevivimos.
Esta proactividad no es necesaria simplemente porque todo es mejorable, que también, sino por esa condición dinámica y de cambio inherente de todas las cosas postulada por Heráclito. Poque si el entorno cambia, la tecnología cambia, las necesidades cambian, las preferencias cambian, las reglas de juego cambian, las normas cambian y todo cambia, de manera continua, la organización debe adaptarse, también, constantemente. Con creatividad e innovación.
La digitalización como medio no como fin
Con la digitalización, vivimos a un «click» de la competencia, en el que un pequeño detalle marca la diferencia, por lo que es irrenunciable tener esa mentalidad con foco en la mejora e innovación permanente en todos los procesos. Hablamos de una búsqueda constante de la excelencia, en lo que hacemos y en cómo lo hacemos. Que genere un valor tangible, medible y monetizable.
Los procesos de transformación digital no sólo no son ajenos a este fenómeno, sino que tienen un rol protagonista. La tecnología es la herramienta que permite, de forma individual, potenciar el talento humano para que, cada una de las personas, pueda mejorar los procesos del día a día. Y que derive en una mejora en el nivel de productividad, de eficiencia, de calidad, que ayude en la generación de negocio, que mejore la experiencia de cliente, que permita incrementar la sostenibilidad, que potencie la motivación del equipo y que contribuya en el bienestar de las personas.
Primero la mentalidad Kaizen, que cataliza las necesidades, después la digitalización como medio que ya nace orientado a un resultado, que facilita y precipita el éxito. Tecnologías disruptivas como: la Inteligencia Artificial, la robótica, blockchain, IoT, Cloud, la nanotecnología, la impresión 3D, la realidad virtual o aumentada e incluso el Metaverso o la Computación Cuántica deben ser el medio y no el fin en sí mismo.
La clave, las personas
La contratación de consultoras externas no sirve de nada sin la implicación, la participación y el compromiso proactivo de las personas de dentro de la organización; su impulso, su know how y su expertise son la clave. De hecho, el intraemprendimiento es transcendental para mejorar continuamente la cadena de valor. Es fundamental, que en el ambiente de la organización se respire que proponer nuevas ideas, no solo no está penado, sino que está premiado.
Y no es posible una mejora en la organización, si su mayor activo, el capital humano, no está, así mismo, inmerso en su propio proceso continuo de mejora. Invertir en la formación y en el reciclaje de todas las personas de la organización, en mejorar continuamente el talento humano, es algo imprescindible para el éxito de tanto de implementar la filosofía Kaizen como de ejecutar la Transformación Digital.
El Lab tecnológico
En este sentido, toda organización debe tener su Lab (Laboratorio Tecnológico), la plataforma de las organizaciones para acelerar la innovación y el cambio. Un espacio que potencie y materialice ese intraemprendimiento, donde testar y probar esas pequeñas ideas, hibridadas con las tecnologías disruptivas, con el método de prueba error y una filosofía de bajo coste o bootstrapping.
Para mejorar hay que explorar, testar, probar, equivocarse, aprender, pivotar, corregir, volver a intentar, testar, acertar y, entonces, escalar el caso de éxito. No olvidemos que el reto es que con pequeños cambios se generen impactos positivos, contundentes y con resultados excelentes.
Empoderamiento de las personas
Hablamos de un proceso universal. Implica a toda la organización. Abarca desde el ápice estratégico hasta la base. Por ello, es competencia del líder y del resto del equipo directivo transmitir y contagiar, en cascada, esa mentalidad y actitud a todas y cada una de las personas de la entidad. Y solo es posible conseguirlo predicando con el ejemplo, con inspiración y motivación. Pasamos de un estilo de liderazgo de «mando y control» a uno de coaching y empoderamiento de las personas. Si hacen falta toneladas de talento directivo, todavía más de talante. El reto es que este pensamiento forme parte tanto del ADN de la entidad como del profesional, sea directivo o no.
Resumen de Etapas
Tal y como hemos comentado anteriormente, la implementación de la metodología Kaizen persigue un claro propósito, la mejora continua, que debe ser transversal y universal a lo largo de toda la organización, Para ello lo primero es identificar el problema. En segundo lugar, analizar el problema. Posteriormente generar ideas que solucionen el problema, evaluarlas y seleccionar las mejores. Es clave una buena ejecución de ellas, con lo que Justin Menkes denomina «Inteligencia Ejecutiva». Después, evaluar los resultados. Estandarizar, escalar y mantener los resultados. Y finalmente, puesto que la metodología Kaizen es un proceso continuo de mejora y sostenible a largo plazo, repetir el ciclo.
Casos reales de éxito
Con excelentes resultados, tanto en la mejora de la calidad como en la eficiencia y en el ahorro en costes, existen multitud ejemplos de organizaciones, en todos los sectores, que han implementado de esta filosofía. Desde su nacimiento con Toyota, también tenemos posteriormente a Seat en el sector del automóvil, Pikolinos en el de la industria de la moda y calzado, Mercadona o Netslé en el sector de la alimentación, Porcelanosa en el de pavimentos y revestimientos cerámicos, en el de la logística y distribución están DHL o Amazon, la clínica internacional Mayo en el de la salud, incluso en el sector público, durante mi etapa como CEO del organismo Suma Gestión Tributaria, fomenté esta mentalidad en el equipo. Para finalizar este artículo, es necesario destacar que, también, ha sido implementado por emprendedores y startups, con casos de éxito como Ontruck, una plataforma de logística.
Manuel Bonilla es consultor en Estrategia, Gestión del Cambio e Innovación de Organizaciones.
manuelbonilla94
www.manuelbonilla.es
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