AL PUNTO

Joan Ribó, Rita Barberá y los méritos heredados en Valencia

Los méritos por los que Valencia ha recibido tantas y tan buenas noticias en las últimas semanas tienen paternidad y maternidad compartida

Se les nota ufanos, sacando pecho, soberbios y hasta petulantes. Tratan de patrimonializar las noticias que señalan que Valencia ha sido designada por la revista Forbes como la mejor ciudad del mundo para vivir. Si hace unas semanas, la declaración como ciudad verde ya ... les levantó su alicaída moral, lo de ahora está siendo el mejor bálsamo para curar los daños infligidos por unas encuestas que nos les son favorables sino todo lo contrario.

El equipo de gobierno del tripartito municipal está que no cabe en sí de gozo. Creen que podrán remontar los adversos pronósticos demoscópicos que vaticinan su desalojo, por lo demás merecido, a finales del próximo mes de mayo. Los pronunciamientos, reconocimientos y títulos otorgados por instituciones y empresas foráneas estos días a la capital valenciana la honran y la ponen en valor urbi et orbi. Son, por tanto, motivo de compartido regocijo ciudadano, capaz de elevar el ánimo, la moral y la autoestima. Faltaría más.

A la hora de ponerse las medallas quienes rápidamente han dado un paso al frente para colgárselas deberían reconocer que los méritos reconocidos modo casi simultáneo, que avalan tantas indudables bondades de la capital no son exclusivos, ni mucho menos, de los gobernantes actuales sino que son acumulativos de gestiones precedentes a las que, en justicia, hay que reconocer la importante y decisiva parte alícuota que les corresponde.

La pasada semana, al intervenir en el programa de debate El Faro, en la 8 TV, tras la entrevista que Lluis Motes le hizo al a Joan Ribó, puse de manifiesto el ominoso silencio del actual alcalde al no dedicar una simple frase de recuerdo a Rita Barberá de la que el día anterior se habían cumplido seis años de su fallecimiento. Por el contrario, a punto estuvo el manresano de meter la pata sobre la que fue alcaldesa de Valencia durante veinticuatro años.

Una actitud, la de Compromis y sus dirigentes, que no deja de ser coherente con su trayectoria de brutal escrache y vergoznoso acoso a Rita Barberá y otros dirigentes del Partido Popular a los que persiguieron con notable saña.

Y, sin embargo, los méritos que ahora exhiben exultantes los actuales munícipes capitalinos son en buena medida fruto del mandato de doña Rita que ellos han recibido en legado y malbaratado en más de un caso.

Que Valencia sea reconocida como destino turístico recomendable; que se le haya concedido la capitalidad mundial del diseño; o se la adjudique la condición de capital verde europea para el año 2024, es el resultado de un patrimonio acumulado en las últimas décadas, una preciada herencia enriquecida por sucesivas aportaciones y gestiones tanto públicas como privadas.

A propósito de la concesión de la capitalidad verde me parece de justicia recordar que a principios de la década de los setenta del pasado siglo hubo en nuestra ciudad quien pergeñó la abominable idea –y se hicieron estudios y levantaron planos al efecto– de aprovechar el antiguo cauce del río Turia para endilgarle una autopista –algo así como el actual by pass—así como un metro aéreo con apariencia de montaña rusa de feria.

Frente aquella idea de los más dislocada y desquiciante se alzaron voces que consiguieron notables ecos, como las lanzadas desde el diario Las Provincias por María Consuelo Reyna, que muy consciente del gravísimo e irreparable daño que supondría malbaratar de ese modo el viejo cauce, puso en marcha la campaña «El riu es nostre i el volem verd», que alertó a la sociedad valenciana, que se identificó con el mensaje, y lo hizo suyo. Y así se consiguió frenar lo que habría supuesto uno de los más terribles e irreparables daños para la ciudad de Valencia.

Los méritos por los que Valencia ha recibido tantas y tan buenas noticias en las últimas semanas tienen paternidad y maternidad compartida. Y si Ribó no lo sabe, o no lo quiere saber o reconocer, la mayoría de los buenos valencianos si lo saben y recuerdan. Y más que lo recordarán el 28-M del 2023.

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