La «barcelonización» de Valencia que no sale en Forbes ni en The New York Times
El fenómeno del turismo de masas de bajo coste, la inseguridad y la suciedad que penalizó a la ciudad condal en los rankings internacionales se replican en la capital del Turia
Una mujer le arranca un trozo de oreja de un mordisco a una compañero de piso en Valencia
VALENCIA
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Iniciar sesiónPrimero fue The New York Times y más recientemente Forbes. Algunas de las publicaciones más prestigiosas del mundo han coincido en los últimos años en ensalzar los encantos de Valencia como destino para visitar o vivir frente a la saturada Barcelona ... de Ada Colau. Como suele suceder en este tipo de rankings internacionales, la realidad va más deprisa que las clasificaciones elaboradas desde redacciones situadas a miles de kilómetros.
Esta semana, la portavoz del PP en el Ayuntamiento de Valencia, María José Catalá, sostuvo que «la Valencia de Joan Ribó se ha barcelonizado». El mismo día trascendía que, según Forbes, la capital del Turia era, nada más y nada menos, que la mejor ciudad del mundo para vivir.
Al alcalde Joan Ribó le faltó tiempo para propagar la noticia. Lógico. Quedan menos de seis meses para las elecciones municipales y con las encuestas a la contra Compromís necesita reclamos para defender su gestión.
En 2016, cuando Valencia era todavía la Valencia de Rita Barberá, The New York Times publicó una guía para visitar la ciudad en 36 horas en cuyo recorrido destacaban el Mercado de Colón y el Mercado Central, rehabilitados en la etapa de gobierno del PP,.
Ya en 2019, el influyente rotativo estadounidense situó a Valencia como «alternativa tranquila» a Barcelona para los turistas. Tres años después, los inconvenientes que atribuía The New York Times a la ciudad condal se han replicado en la capital del Turia.
Un turismo «low cost» y de borrachera de despedidas de soltería, de apartamentos donde antes residían vecinos y de cruceristas exprés de suvenir y botellín de agua mineral.
En junio de 2019, The New York Times escribía que «Valencia mantiene una onda desapercibida y está felizmente libre de masas de turistas corriendo de monumento en monumento, dejando botellas de plástico y rencor local a su paso». Aquella crónica parece ahora una premonición.
Valencia ha entrado de lleno en la ruta del turismo de masas al tiempo que sufre, por mucho que se empeñen sus actuales gobernantes, problemas en materia de suciedad e inseguridad. Dos motivos por los que la prensa internacional hace no mucho desaconsejaba viajar a Barcelona y que hoy son el pan nuestro de cada día para unos valencianos que observan con asombro como su ciudad figura en las más selectas listas de recomendaciones turísticas mientras su calidad de vida empeora.
Reyertas constantes de bandas juveniles, plagas de ratas y cucarachas o árboles que se desploman forman parte de la Valencia de Joan Ribó. La ciudad que no sale en la prensa internacional pero que conocen de primera mano sus habitantes.
Quejas y reclamaciones vecinales
Según los datos del informe municipal de quejas y sugerencias del Ayuntamiento de Valencia, este año los aspectos que más han preocupado a los vecinos (que presentan una media de más de cien interpelaciones diarias) son la falta de cuidados y reparación de la vía pública y los jardines, la suciedad en las calles y la presencia insuficiente o falta de actuación de la Policía Local.
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