Ni un euro para los «países»

La amnistía, que la mitad de los actuales ministros y hasta el propio presidente del Gobierno, dijeron en repetidas ocasiones que era constitucionalmente imposible conceder, ha sido concedida. Y a partir de tan onerosa cesión, todo lo demás que le han puesto delante a Sánchez. Como el traspaso íntegro de los trenes de cercanías; la condonación del 20% del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), que corresponde a 15.000 millones de euros, y dar continuidad a la mesa de negociación. Al fondo, además, el referéndum y dos huevos duros.

Hace una semana el presidente del gobierno catalán, Pere Aragonés, estuvo en Valencia y afirmó haber puesto en la mesa de negociación con Pedro Sánchez «acabar con el déficit fiscal que ahoga a la ciudadanía de Cataluña y el País Valencià». Hizo además un canto a los países catalanes y demás propaganda habitual, la que se hace para halago del oído de quienes como el perro de Paulov salivan cuando algún gerifalte del catalanismo rampante les habla de germanor. Una semana después de lo dicho por Aragonés nada se dice en el acuerdo ERC-PSOE de la infrafinanciación de la Comunidad Valenciana. El catalanismo, una vez más, ha ido a su bola.

Quienes advertimos y denunciamos –cada vez menos—las patrañas, argucias y enredos del lobby catalanista nos encontramos con la curiosa y contradictoria paradoja de que quienes defienden los países nos dicen que no, que no existen, que eso son fantasías nuestras, inventos con los que azuzar el fantasma del catalanismo.

Me remito a lo último que ha declarado aquí, en la capital valenciana, Pere Aragonés, que pese su escaso poder real sigue siendo el presidente de los catalanes. Y sí, él habló de los países una vez más.

Países de los que no habló en la mesa negociadora con el PSOE quien llevó la voz cantante, Oriol Junqueras, el más conocido de los beneficiados por el indulto que ya le levantaron al entregado Sánchez hace ya mas dos años y medio y que éste justificó en el caso de Junqueras «en su peso –y tanto—indiscutible en las relaciones entre Cataluña y España».

Hubiese sido todo un sarcasmo que quien pasó por el Congreso de los Diputados con la pena y sin la gloria de no haberle arrancando a Sánchez ni un euro, como fue el inane de Baldoví, tuviese que aplaudir ahora el que desde ERC hubiesen parcheado la infrafinanciación de la Comunidad Valenciana. No ha sido así, y mejor así. Los valencianos no tenemos nada que agradecerles. Además, nos habrían cobrado el favor con intereses usureros.

Y ya veremos si el bloqueo a la ampliación del Puerto de Valencia no termina siendo otra más de las muchas exigencias intimidatorias y chantajistas que a última hora añade un Puigdemont a todo cuanto lleva concedido el amnistiador vendepatria y felón que no es otro que Pedro Sánchez Pérez-Castejón.