La guerra de las sombrillas en la playa de Benidorm ya es cuestión de Estado en la prensa inglesa: españoles contra británicos

No obstante, al final de su reportaje, cambia las tornas y señala que en Tenerife y Mallorca se produce otra guerra de tumbonas en las piscinas, en este caso a la inversa, con sus compatriotas arrebatando los lugares preferidos a los españoles.

En esta información difundida centrada en Benidorm, junto con fotos y vídeos en los que se ve a personas colocando sus parasoles y tumbonas cerca del mar de noche, cuando no hay nadie todavía, este medio de comunicación del Reino Unido describe este conflicto con la intencionalidad de los residentes locales de privar a los turistas de su país de disponer de los mejores lugares para tomar el sol y poder bañarse a pocos metros.

«Las autoridades de Benidorm prometen mano dura contra los 'acaparadores de playas' españoles que intentan ganar a los turistas británicos los primeros puestos en la arena, después de que apareciera un vídeo de »lugareños« instalando tumbonas antes del amanecer». De esta forma presentan el problema, además con humor, al mencionar que algunos de los oriundos de Gran Bretaña, a esas horas «todavía están de fiesta o roncando en la cama».

Sin embargo, desde el Ayuntamiento niegan que se trate de una cuestión de nacionalidades o de procedencia de los bañistas, sino de un afán desde hace tiempo por parte de algunos de coger posición antes de que arranque la jornada. Incluso hay quienes esperan que pasen los servicios de limpieza para instalarse, a las seis de la mañana.

En cualquier caso, la normativa municipal prohíbe expresamente abandonar ningún tipo de enseres sobre la arena y marcharse al hotel o al apartamento para así reservase el espacio, y la Policía Local tiene potestad de retirarlo todo, tal como precisa en esa información la concejal de Playas y Medio Ambiente, Mónica García. Lo que sí se permite es llegar el primero y quedarse, obviamente.

Las dudas pueden venir cuando el sospechoso madrugador se justifica cómo si hubiera ido a pasear tras dejar sus cosas en la arena, ya que a al amanecer hace menos calor.

De todas formas, los agentes suelen quitar del medio estos objetos personales llevándolos a la torre del socorrista o a uno de los accesos a la playa, y luego se advierte de que no se debe hacer esto para no generar conflictos con otros usuarios. Llegado el caso, si se reincide, la Policía Local también puede incluso multar.

En definitiva, con más de 16 millones de pernoctaciones al año en Benidorm, resulta imposible determinar si los turistas españoles tienen en mente privar a los británicos de su rincón en la playa cuando algunos se levantan tan temprano para plantar su sombrilla. La concejal recomienda aprovechar de las dimensiones amplias del litoral de la ciudad, no sólo en la concurrida zona de Levante, ya que en Poniente la afluencia suele dejar más alivio para encontrar sitio.