Elecciones 28M: un puñado de votos puede decidir el Gobierno de la Comunidad Valenciana

Más de 5.000 personas velarán para que la jornada transcurra con normalidad desde que se constituyan las 6.169 mesas electorales a partir de las ocho de la mañana y arranquen las votaciones a las nueve, hasta que culmine el recuento de papeletas.

Los sondeos de las ocho de la tarde, justo cuando los 2.221 colegios cierren sus puertas, darán el pistoletazo de salida a un escrutinio público y en tiempo real que se prevé de infarto. El empate técnico que dibujaron las últimas encuestas publicadas dejan en el aire los colores políticos del próximo Consell y todo apunta a que la movilización será clave. La diferencia entre los dos bloques ideológicos fue de 42.123 papeletas en 2019.

Como en anteriores convocatorias, habrá avances de participación a las 14 y a las 18 horas. El volcado de los datos se hará a través de tablets en la gran mayoría de municipios, aunque algunos se recogerán por vía telefónica. De él dependerá el ritmo al que avance el escrutinio. Las primeras urnas en abrirse serán las municipales. Los concejales elegidos escogerán a los alcaldes y alcaldesas. Con esos votos se configurarán también las diputaciones provinciales, con 31 diputados en Valencia y Alicante, y 24 en Castellón.

A esa hora todos los ojos estarán puestos en lo que ocurra en las tres capitales de provincia, pero sobre todo, en el Ayuntamiento de Valencia, donde el PP de María José Catalá puede dar la sorpresa tras ocho años de gobierno progresista con Joan Ribó (Compromís) al frente del consistorio junto a los socialistas. Será la primera gran incógnita que se resolverá esta noche.

Una vez contadas todas estas papeletas, de color blanco, se pasará a las de las autonómicas, de color sepia. De ellas dependerán los 35 escaños de la circunscripción de Alicante, los 24 de Castellón y los 40 por Valencia. Son 1.754 -933 hombres (53%) y 821 mujeres (47%)- los aspirantes a diputado o diputada que forman parte de las 46 candidaturas de distintas fuerzas políticas que se presentan a estos comicios.

Atendiendo a los sondeos realizados durante la campaña, el baile del último escaño de cada provincia puede ser constante durante el recuento, por lo que hasta que no esté muy avanzado -cerca de la medianoche- no se podrá hacer una foto fija de las opciones de gobierno.

Un puñado de votos puede decantar la balanza hacia la izquierda o hacia la derecha. Ya ocurrió en las autonómicas de 2019, que ganó el PSPV de Ximo Puig con 27 escaños. La suma con los 17 de Compromís y los 8 de Unides Podem, permitió reeditar el Botànic. El PP se situó como segunda fuerza, con 19 diputados, pero no pudo alcanzar la mayoría absoluta -50 parlamentarios- con los 18 de Ciudadanos y los 10 de Vox. La posible desaparición de los naranjas y la superación del umbral del 5% por parte de los morados serán dos aspectos clave.

En aquella ocasión, los socialistas se quedaron con los últimos escaños asignados en Valencia y Alicante. La coalición que entonces lideraba Mónica Oltra se hizo con el último de Castellón. El PP se quedó a 3.643, 1.397 y 390 votos, respectivamente, de alcanzarlos.