El crimen de «la viuda negra de Patraix»: de planificar el asesinato de su marido a mamá «famosa» en la cárcel

El 16 de agosto de 2017, el cuerpo del ingeniero Antonio Navarro fue hallado boca abajo y sin vida en un garaje ubicado en la calle Calamocha del barrio valenciano de Patraix. Presentaba ocho heridas por puñaladas, una de ellas en el corazón. Dos meses después, la Policía intervino una conversación telefónica entre Maje, enfermera de profesión, y su compañero de trabajo Salvador Rodrigo, la cual les situó como los principales sospechosos del macabro crimen.

En enero de 2018, el amante de la «viuda negra de Patraix» confesó el asesinato y reveló a los agentes el lugar donde se deshizo del arma homicida, un cuchillo para cortar cebollas que compró en una ferretería. Salva, que sufría «una profunda dependencia emocional hacia la acusada», decidió desvelar que el crimen fue planificado entre los dos, aunque después exculpó a Maje durante su periplo en prisión. No obstante, acuciado por la presión de su hija, terminó diciendo «la verdad»; que su amada le indujo al suceso dándole todos los datos necesarios como la hora, la matrícula y modelo del vehículo, el cambio de turnos de su marido e incluso le entregó las llaves del garaje.

Dos años después, juicio mediático mediante, la Audiencia Provincial de Valencia condenó a Maje y Salva a 22 y 17 años de cárcel por el asesinato con alevosía de su marido tras el veredicto de un jurado popular. Sobre la participación de la mujer, el fallo del magistrado la señaló como «la cuestión nuclear» de la investigación. «Verdaderamente exige un esfuerzo imaginativo y de ingenuidad descomunal aceptar la tesis de que María Jesús, sin tener nada que ver en la planificación de muerte de su marido, se limite a encubrir al asesino confeso de éste, al que desprecia y del que no está en absoluto enamorada, pese a lo cual reanuda la relación sentimental con él», apuntó el juez.

Seis años después, Maje ha dejado atrás la cárcel de Picassent donde inició una relación sentimental con un preso llamado David y de 38 años de edad, quien cumple condena desde hace quince años por un homicidio y ya disfruta de permisos de tercer grado. Fruto de sus encuentros, María Jesús quedó embarazada, por lo que fue trasladada a la Unidad de Madres del Centro Penitenciario de Fontcalent (Alicante).

Tal y como avanzó ABC en exclusiva, la «viuda negra de Patraix» dio a luz hace justo un mes en la novena planta del Hospital General de Alicante, reservada para presos. Una vez confirmado el buen estado de ambos, fue trasladada de nuevo a la prisión, donde se ha convertido en toda una estrella entre las reas, en la que permanecerá junto a su bebe hasta que este cumpla tres años.

Allí, goza de las comodidades del módulo de maternidad de 3.751 metros cuadrados, inaugurado en 2020 después de ocho años bajo el nombre honorífico de Irene Villa. Una unidad pionera que cuenta con 32 habitaciones de 22 metros cuadrados con comedor, dormitorio, oficio y cuarto de baño, así como zonas de juegos para niños y otras aulas destinadas a realizar talleres infantiles.

La unidad dispone de una seguridad «no agresiva» por el bajo perfil de peligrosidad de las internas, basada en sistemas de control de vigilancia electrónica que se sustentan mediante cámaras, alarmas y detectores de presencia a lo largo del perímetro. La sección materna de Alicante es la cuarta de este tipo en España tras las instalaciones similares abiertas en Madrid, Sevilla y Mallorca.

El pasado año, la Unidad de Madres de Fontcalent recibió la visita del Defensor del Pueblo, bajo su condición de responsable del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP), en el marco del proyecto «cárceles y género» iniciado en 2018. Durante su estancia, los profesionales solicitaron mejoras en la atención de mujeres víctimas de violencia de género, el uso efectivo del lenguaje inclusivo en los formularios penitenciarios y el fomento de la formación del personal en cuestiones de género.