«Hay camareros que no se presentan a trabajar ni el primer día»: los hosteleros de Benidorm coinciden con el asador de Málaga

La polémica ha surgido en el programa 'Espejo Público' (Antena 3) en torno a las declaraciones de este empresario de la restauración marbellí, José Eugenio Arias, tras asegurar que lleva un año ofreciendo en un anuncio un puesto de trabajo que nadie quiere mientras hay miles de parados cobrando el subsidio de desempleo y otras pagas. Al achacarle una comentarista del espacio televisivo que la razón de esa vacante era que no pagaba según las normas, el hostelero ha anunciado que la iba a «denunciar» por injurias.

«Nos pasa muchas veces que algunos ni se presentan el primer día de trabajo y antes recibíamos unos treinta currículos a la semana y ahora uno o dos cada quince días, una diferencia brutal«, relata Alex Fratini, portavoz de la asociación de restaurantes de Benidorm y comarca Abreca.

En algún caso, incluso, un empleado del que han prescindido al ver su nula motivación, pasado el tiempo, ha recibido el aviso de su despido con alegría: «Me haces un favor», ha confesado en algún caso, aunque resulte anecdótico.

Además, hay factores añadidos que están influyendo. «Han cambiado los hábitos con la pandemia, la gente se ha acostumbrado a estar en casa y ven la vida de forma diferente, quieren disfrutar de los fines de semana y la familia, eso se comprende porque lo queremos todos«, señala.

No obstante, «la hostelería no puede cambiar sus horarios, será siempre así»: cuando todos están de vacaciones, en este sector se trabaja más.

También hay algunos camareros que «se aprovechan para buscar la mejor oferta, es como una subasta y al final, los propios hosteleros nos hacemos la guerra a nosotros mismos, es un gran problema«, según Fratini.

Esta escasez de mano de obra hace incluso que algunos restaurantes cierren muchos días a la semana o solo abran una parte de sus terrazas, al no poder atender a la clientela.

Sin olvidar aspectos psicológicos. «En muchos casos, camarero es el primer trabajo de muchos jóvenes, y los de hoy no tienen en el ADN el sacrificio y es culpa nuestra -yo me incluyo- como padres, porque lo tienen todo: plato servido y casa, alquiler pagado, no tienen preocupaciones, para qué voy a esforzarme, me quedo en casa«, es su análisis.

En definitiva, se trata de «un tema cultural, más que del sueldo, antes todos estábamos mucho más necesitados«, a su juicio.

Sintomático, además, es que tampoco hay muchos profesionales cualificados, «la escuela de hostelería está vacía, los únicos vienen de fuera, a veces sin papeles«, según el portavoz de Abreca, que no obstante también matiza que está la dificultad actual para encontrar alojamiento. Durante la pandemia, hubo mucha morosidad con el alquiler por quedarse sin trabajo y ahora las condiciones impuestas por los propietarios son más duras, por desconfianza lógica.

Por eso, esta asociación trabajará el año que viene con la Administración y dueños de pisos para facilitar que puedan venir trabajadores y «dar un mejor servicio al turista a Benidorm, para que vuelva».

Otro frente para el sector es lucha contra el «intrusismo« y que solo queden en el mercado los que realmente cumplen con la normativa, »un bien para todos, ya que el convenio colectivo es al base de todo« y por ello lo defienden »a muerte«. Y a quienes no lo respetan no los consideran »hosteleros«, aunque alimentan el »estereotipo desde hace años« de la explotación laboral.

Por eso, esperan que los controles aumenten y que este tipo de «competencia desleal« no exista más, lo puede hacer subir el nivel de servicio y de los trabajadores.