Según ha confirmado el Obispado en un comunicado, desde hace meses, tanto Munilla, como otros cargos designados, se han reunido con el cura Vegara Cerezo «para escucharle, dialogar» y, por último, «ante su reiterada postura», amonestarle por escrito.
Especifica, además, que en todo este tiempo se han constatado posibles «condicionantes personales» que pueden estar afectando a su comportamiento y al «adecuado ejercicio» de su ministerio pastoral. Por estas razones, alude el obispo de Alicante, el pasado 6 de febrero, en el marco de la investigación en curso y entre otras medidas, se le apartó de cualquier oficio o cargo en la Diócesis.
Asimismo, el obispo Munilla ha querido manifestar, en nombre propio y de toda la Iglesia diocesana de Orihuela-Alicante, «la plena comunión de fe, caridad, obediencia, filial y fraterna» con aquel que «el Señor ha elegido como Sucesor de Pedro, el Papa Francisco».
«Siguiendo la constante petición del Papa Francisco desde el día de su elección, se invita a todos los fieles para que con un solo corazón recemos por su vida y ministerio y, así, caminando juntos, siga acompañando en la fe al santo pueblo de Dios que le ha sido encomendado por Jesús, con la ayuda del Espíritu Santo y la materna intercesión de la Virgen María», alude el Obispado en alusión a las polémicas del sacerdote apartado.
La decisión no ha sido tomada, según indicada esta iglesia diocesana, de manera repentina, ya que la investigación comenzó después de las primeras referencias de Vegara Cerezo, que ejercía en la parroquia de la localidad de San Isidro, al Papa Francisco, al que acusa de «bendecir parejas irregulares y homosexuales en pecado».
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