Encierro ridículo
AYER por la tarde, o como solía decirse, a «poqueta nit», se encerraban en dieciséis colegios de la Comunidad Valenciana alumnos y profesores, para protestar por la orden de la Conselleria de impartir Educación para la Ciudadanía en inglés. Esta asignatura debería denominarse «adoctrinamiento en ... la inconsistencia progre», pues, su objetivo es que nuestros hijos aprendan a abrazar acríticamente las consignas de la progresía dominante, en lugar de razonar las ideas fuerza que forjarán su personalidad.
La Conselleria, dada la incapacidad estructural de la educación pública para conseguir que los estudiantes hablen inglés, y ante la perniciosidad de la asignatura en cuestión, adoptó la decisión de impartirla, pero en inglés. Lo cual me pareció bastante ingenioso, por cuanto servía para matar dos pájaros de un tiro, a saber, no ser colaboracionistas del adoctrinamiento alienante de la izquierda, y además, reforzar el aprendizaje del inglés.
Cuando se han adoptado las medidas para ponerlo en práctica, ha sucedido lo de siempre: los progres más recalcitrantes se han opuesto rasgándose las vestiduras. Estos ilustres intelectuales siguen pensando que, en un mundo globalizado, lo importante es la «parla normalitzada», y la asunción de las consignas elaboradas por la inteligentsia. Estos aldeanos se oponen a la impartición de EpC en la que consideran «llengua del imperi». Para protestar contra la decisión de la Conselleria de Font de Mora han organizado algaradas, tumultos, mini manifestaciones, agresiones y por último, un encierro.
Fundamentalmente, estos apesebrados del STEPV, siempre próximos a los sindicatos del entorno de Batasuna, iniciaron ayer un encierro de profesores y alumnos en los centros docentes. Tratándose de alumnos de ESO, en su inmensa mayoría son menores de edad, por tanto, me permito sugerirle a Font de Mora que envíe a algunos inspectores, a ver si estos niños tienen permiso paterno para el enclaustramiento teledirigido. Sin embargo, a pesar de las presiones de los profesores convocantes sobre los alumnos, el seguimiento ha sido ridículo, no llegan ni al uno por ciento de los centros. A ver si se enteran, a la gente los únicos encierros que nos gustan son los de San Fermín.
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