Cinco rutas para descubrir los encantos naturales de la Comunidad Valenciana

Tabarca, patrimonio cultural y natural

Una de las visitas más sorprendentes que se pueden realizar en la provincia de Alicante es la de la isla de Tabarca , considerada Reserva Marina desde 1986.

Tabarca es la única ínsula habitada de la Comunidad Valenciana y forma parte de un archipiélago compuesto también por los pequeños islotes de La Cantera, La Galera y la Nao

Situada frente al Cabo de Santa Pola, Tabarca alberga dos rutas para descubrir los secretos de la ciudadela que refugió piratas berberiscos .

Sus 1.800 metros de longitud y 400 metros de anchura esconden calas y playas de aguas cristalinas, senderos para conocer la isla, restaurantes y unas praderas de posidonia impresionantes.

El pueblo de Tabarca es pequeño, pero muy especial por sus rincones y calles preciosas para pasear durante cualquier época del año. Las casas se concentran en unos pocos paseos estrechos que se unen en una plaza. Además, las murallas que rodean el pueblo han sido declaradas Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural

La iglesia de San Pedro y San Pablo , fundada en el siglo XVIII, es el edificio más simbólico de la ciudadela y ofrece unas vistas idílicas desde sus murallas, especialmente cuando cae el sol y el cielo se inunda de colores.

También es recomendable degustar el caldero de pescado, el plato típico de la isla hecho a base de producto fresco de la zona y arroz.

Tabarca es considerada, por su encanto y sus tesoros naturales, «la perla del Mediterraneo».

Montanejos, turismo y aguas termales

Montanejos es un llamativo destino de turismo de interior en la provincia de Castellón.

El pueblo está muy vinculado a la oferta de turismo de salud por ser una « villa termal » y cuenta con un gran atractivo paisajístico en las inmediaciones del Parque Natural de la Sierra de Espadán.

La Fuente de los Baños es uno de los principales atractivos de la localidad. Se trata de un manantial con una temperatura constante de veinticinco grados con efectos hiportemales que permite el baño durante todo el año . La fisiografía del cauce en esta zona también ha permitido la formación de piscinas naturales donde poder nadar con seguridad mientras se disfruta de un paisaje rocoso único.

Una amplia red de senderos permite adentrarse en este paraje natural para disfrutar de una decena de rutas. La más conocida es «Sendero de Los Estrechos», que destaca por ser un recorrido circular de ocho kilómetros con vistas al estrecho desfiladero con paredes de cien metros de altura excavadas por el río Mijares .

Además, Montanejos también se puede saborear . Sus platos típicos, postres y dulces ofertan una experiencia gastronómica para disfrutar con los cinco sentidos de los productos artesanales de la zona .

Parque Natural del Montgó, un tesoro de vida

El Parque Natural del Montgó , declarado como tal en 1987, es un macizo calizo de 753 metros de altitud situado junto al mar entre Denia y Jávea.

Esta impresionante mole de roca alberga un tesoro de vida entre sus barrancos, fondos marinos, bancales y costas.

La vegetación fue uno de los principales motivos para proteger esta zona, ya que cobija más de 650 especies de plantas. Además, finaliza el Cabo de San Antonio , declarado Reserva Natural Marina por la biodiversidad de su fondo marino, donde hay multitud de pequeñas calas con cuevas antiguas .

Existen varias excursiones para descubrir los secretos del parque que se encuentran muy bien señalizadas. La ruta del «Racó del Bou» es uno de los recorridos más cortos y con menor dificultad, que permite pasear tranquilamente y contactar con la naturaleza .

También se pueden contemplar las a ntiguas torres y ermitas construidas alrededor de la montaña, como el Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles, ubicado en la llanura de Les Planes, y los once molinos de viento levantados entre los siglos XIV y XVIII.

No hace falta llegar a la cima para disfrutar de algunas de las vistas más espectaculares de la costa de Alicante .

Guadalest, una villa medieval encantadora

Guadalest es un pueblo de raíces musulmanas que forma un valle en el interior de la provincia de Alicante .

Pese a su tamaño reducido, este pequeño municipio de 208 habitantes está coronado por una fortaleza que domina todo el valle y las sierras cercanas de Aitana, Bernia, Xortà y Serrella.

La ciudadela fue base de las tropas musulmanas y, desde la torre vigía, se puede disfrutar de unas vistas espectaculares del valle y del pantano formado con las aguas del río Guadalest. También existe una ruta de diez kilómetros que rodea el embalse y permite gozar de las vistas que ofrece el enclave.

El Castillo de San José , también conocido como el «Castell de Guadalest» , está situado en la parte más alta del pueblo, sobre una roca. Sin embargo, para acceder al núcleo de la villa, hay que atravesar el pedrusco mediante un túnel construido bajo la fortaleza. Y esto, unido al encanto de las casas empedradas, hace que en las calles del pueblo se respire un ambiente medieval único .

A pesar de tratarse de un municipio pequeño, cuenta con o cho museos para visitar, muchas tiendas de artesanía y restaurantes donde degustar comida casera.

Los atractivos de Guadalest y la belleza de sus alrededores hacen de este rincón alicantino un lugar ideal para disfrutar de la naturaleza rural .

Parque Natural de la Albufera, un oasis urbano de flora y fauna

A tan solo diez kilómetros de Valencia se encuentra La Albufera , el parque natural más grande de la provincia.

Con 21.000 hectáreas, este enclave tan emblemático es uno de los humedales más importantes de la Península Ibérica. Además, el paraje posee una flora y fauna de alto valor ecológico al conservar varias especies en peligro de extinción, como el «samaruc».

La Albufera tiene una extensión de veinticuatro kilómetros cuadrados y una profundidad de un metro, que alberga especies únicas de aves y peces.

Existen multitud de opciones para realizar excursiones a pie, en barca o en bicicleta y poder descubrir el típico paisaje valenciano conocido como «Marjal», formado por arrozales, el propio lago y alguna barraca que aún se conserva. Y, cuando cae el sol, desde los embarcaderos se dibuja un atardecer que pocos lugares ofrecen.

En El Palmar , un pequeño pueblo rodeado de canales y aguas llenas de barcas de pescadores, se puede degustar el origen de la gastronomía valenciana . En casi todos los restaurantes de la localidad se pueden saborear los platos típicos de la tierra, la paella y el « all i pebre », elaborados con productos de la zona.

Esta localidad gastronómica también esconde una casa típica de la región valenciana. La « Barraca de los Arandes » fue construida en el siglo XIX y aún conserva su estructura original , con paredes de adobe y el techo formado por vigas de madera y cañas largas.

A medio camino entre mar y tierra , La Albufera es el sitio ideal para disfrutar de paisajes únicos de colores vibrantes y sabores tradicionales que invitan siempre a volver .