La cepa británica del coronavirus supone ya la mitad de los nuevos contagios detectados en Valencia

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La variante del covid-19 predominante en Reino Unido, Irlanda e Israel es más transmisible y «probablemente» más letal . De hecho, se ha asentado rápidamente en otros países europeos como España, donde ya supone la mitad de los contagios en trece autonomías y más del 70% del total de casos en otras seis. Mención aparte merece Asturias, donde esta cepa está presente en el 97 por ciento de los positivos.

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Un ejemplo de su rápida propaganción lo encontramos en los datos de la Comunidad Valenciana, donde a finales del año pasado era irrelevante, pero fue incrementando su presencia coincidiendo con la transmisión descontrolada que se produjo durante la tercera ola de la pandemia. A finales de febrero ya suponía el 34,2 por ciento de los casos.

En cualquier caso, los expertos aseguran que las medidas de prevención -mascarilla, distancia interpersonal, higiene de manos y ventilación- siguen siendo eficaces , al igual que las vacunas que se están inoculando a la población.

La preocupación por esta y otras cepas, como la sudafricana, con todavía poca presencia en nuestro país, ha llevado a la Generalitat a no bajar la guardia y a mantener las restricciones vigentes hasta el 12 de abril ante el temor de una movilidad excesiva y celebraciones ilegales durante el puente de San José y las vacaciones de Semana Santa. Tanto es así, que el Consell se inclina por mantener las medidas más duras hasta mayo .

Todo ello a pesar de que la región se ha convertido en una de las zonas europeas con menos incidencia acumulada del coronavirus. Hasta este jueves se contabilizaban 36,65 casos por cada cien mil habitantes , cuando la media española (128,17) triplica esa cifra. Aún así, la Comunidad Valenciana se sitúa la segunda por la cola en el número de pruebas diagnósticas realizadas: 845,12 por cada cien mil habitantes.

Hace menos de dos meses, la tasa de contagios alcanzaba su pico máximo coincidiendo con los peores momentos de una tercera ola que pulverizó todos los récords en las tres provincias: el 27 de enero había 1.459 infecciones activas por cada cien mil habitantes. Un escenario que sin duda contribuyó a que la variante británica del coronavirus se expandiera entre la población.