Un chivatazo propició la primera fuga del líder de la Mocro Maffia

Su escandalosa fuga, que han afeado tanto las autoridades holandesas como la prensa, es el último episodio de una cadena de despropósitos que enmascara la hipocresía en la lucha contra el tráfico de drogas: anuncios a bombo y platillo de operaciones y refuerzo de medios, por un lado, y decisiones judiciales inexplicables, por otro, que desbaratan años de investigaciones.

El pasado 13 de diciembre la Policía irrumpía en varias viviendas de Marbella y Melilla para detener a miembros del llamado clan Bouyakhricham. Cayeron cinco, pero el objetivo principal, Karim, alias 'el Capitán' y jefe del clan, no estaba en la casa de Marbella en la que vivía. Al revisar las cámaras de seguridad vieron que había salido la noche anterior a bordo de una moto discreta con mucha prisa.

Los investigadores sospechan que recibió un chivatazo, aunque no descartan que pudiera detectar algún movimiento policial en las horas previas. Su padre, apodado 'el Coronel' y el resto de la familia, dos hermanas y dos cuñados, todos en la estructura narcoempresarial del clan, habían abandonado Melilla días antes, como informó ABC, supuestamente rumbo a Nador (Marruecos) de donde proceden. Ninguno ha regresado.

El siguiente hito se produce el 10 de enero. Karim, acompañado de sus abogados, se presenta en los juzgados de Marbella para entregarse. Todo apunta a que se había pactado esa entrega a cambio de su libertad. Tardan en recibirlo y el buscado se pone nervioso y decide abandonar la sede judicial. No le da tiempo: antes de lograrlo la Policía acude al lugar y le coloca las esposas. Pasa a disposición del juzgado de Instrucción número 4, encargado de la operación Army. El fiscal pide prisión y la juez la acuerda. La jugada no le sale como estaba prevista.

Quince días después, la Policía anuncia la caída de Karim, al que Holanda vincula con las amenazas de muerte a la Princesa Amalia de Holanda a la que sus padres, los Reyes, enviaron a España para alejarla de esas amenazas. Los investigadores detallan que faltan miembros del grupo por detener pero no explican las dificultades que han tenido para dar con el jefe de la organización, en ese momento ya en prisión.

El juzgado de Marbella rechaza la pretensión de libertad del abogado de Karim, que recurre entonces a la Audiencia Provincial de Málaga. La Sección Primera celebra una vista el 22 de febrero y acuerda su libertad bajo fianza de 50.000 euros.

«Hemos de decir que, en contra de lo que se alega en el recurso, sí que existe riesgo de fuga, toda vez que el recurrente es ciudadano extranjero, sin que conste que tenga bienes raíces en España, en donde ha venido viviendo en una casa propiedad de su esposa Melanie. Pero como se indica en el Auto recurrido, su esposa manifestó que ella vive en Dubai, y que solo viene a Marbella de vez en cuando. A ello ha de sumarse que el tipo básico del delito de blanqueo de capitales prevé pena de hasta seis años de prisión. Todo lo que revela la existencia de ese riesgo de fuga» razonaban los magistrados. Pese a ello, resolvieron que podían conjurar el riesgo de que se escapase con otras medidas: la fianza, retirada del pasaporte, prohibición de salida del territorio nacional y comparecencias quincenales en sede judicial. La última vez que firmó fue el 1 de abril, en Rincón de la Victoria (Málaga). A partir de ese momento, se esfumó.

Aún no había salido en libertad cuando la Audiencia Nacional recibió la orden europea de detención y entrega que habían emitido sobre él las autoridades holandesas. El Juzgado Central de Instrucción número 2 no vio necesario acordar su detención para la entrega, que no iba a formalizarse en plazo porque primero habría de rendir cuentas ante la Justicia española.

El juzgado de Marbella alertó a la Policía cuando quedó en libertad. Los investigadores, según ha podido saber ABC, intentaron que los recibiera el juez Ismael Moreno para explicarle la urgencia de volver a detenerlo.

De forma paralela Países Bajos remitió una ampliación de la orden europea en su contra. Ismael Moreno resolvió citarle para comunicarle los nuevos cargos que pesaban sobre él en aquel país. Nunca acudió. Se dictó una orden internacional de detención. Ahora al menos tres unidades policiales tratan de seguir su rastro, que apunta a Nador, donde está su familia, pero puede haberse refugiado en cualquier parte.

«Tiene contactos, amigos y dinero suficiente para comprar escondite y voluntades», explican las fuentes consultadas. Y no es la primera vez que huye, aunque hace cinco años lo hiciera para eludir a los clanes rivales y una posible venganza a muerte. Entonces se refugió en República Dominicana donde logró estrechar los lazos con los carteles de la droga de Suramérica y montar otra potente estructura financiera, sin descuidar la que mantenía en Europa.

La UDEF, con el juzgado 4 de Marbella y la Fiscalía Antidroga de Málaga, le imputa el blanqueo de seis millones de euros procedentes del narcotráfico, aunque esa cifra sería aproximada porque se le vincula con la introducción de enormes partidas de cocaína a través del puerto de Amberes, sobre todo. En la operación Army bloquearon 172 propiedades por valor de 50 millones de euros y casi tres millones en cuentas bancarias.

Las diligencias que dieron origen a esta operación son de 2022, pero, según las fuentes consultadas, «esa es la punta del iceberg», las que evidencian los potentes instrumentos jurídicos que manejan para montar una compleja estructura societaria asentada en España, Holanda, Marruecos, Emiratos Árabes y República Dominicana.

Los beneficios de los cargamentos de droga habían logrado ocultarlos en inversiones inmobiliarias y productos de lujo a través de sociedades instrumentales, testaferros y el milenario e indetectable sistema de compensación, la 'Hawala', que alcanzó hasta una operación de blanqueo a través de la Embajada española en Tailandia.

Karim Bouyakhricham llevaba casi una década instalado de forma intermitente en la Costa del Sol, con su propio servicio de seguridad y viviendo con discreción, según las pesquisas de la Udyco No solo traficaba con cargamentos de droga (primero de hachís y después de cocaína), también se relacionaba con las organizaciones de narcos de medio mundo y blanqueaba millones de euros en ladrillo subcontratando a los mejores.

Su ausencia de ostentación es pública. Cuando visitaba a su familia en Melilla, por ejemplo, se movía en un Tiguan, nada que ver con las fanfarronadas de su hermano Samir, 'Scarface', asesinado el 28 de agosto de 2014 en Benahavís (Málaga), en un cónclave de narcos.

Tras ese asesinato, el clan se borró del mapa temiendo más a sus enemigos que a la Policía. 'El Coronel', el padre, de origen rifeño, se construyó una enorme propiedad en Huerta Salama, una de las mejores zonas de Melilla. Sus escasas salidas eran para pasear al perro o para pasar a Nador donde acumulan aún más propiedades que en España. A partir de 2017 empiezan a vender parte de las empresas y su actividad se hace aún más opaca. Siguen llevando un alto nivel de vida difícil de justificar solo con el alquiler de las escasas propiedades a su nombre.

Las hijas y los yernos participan del negocio, todos con la misma discreción, que dificulta seguir su rastro. Las rivalidades de los clanes de la Mocro Maffia salpican de muertos, secuestros, palizas y robos de droga a los grupos y subgrupos que los integran y las investigaciones policiales se complican todavía más.

De la mano de Encrochat, los agentes logran establecer vínculos concretos de Karim con operaciones de blanqueo tras desencriptar mensajes explícitos. Son los que constan en las diligencias del juzgado de Marbella y la Fiscalía Antidroga. Algunos de esos mensajes evidencian además una corrupción endémica en varios puertos europeos, controlados por la Mocro Maffia, con nombres de funcionarios y trabajadores de todo tipo, en especial en puertos neerlandeses.

Tras la fuga del 'Capitán', propiciada por una decisión judicial que nadie entiende, el trabajo policial vuelve a empezar. Nadie quiere hacerse mala sangre, pero las fuentes consultadas llaman la atención sobre extraños autos de libertad con fianzas de 50.000 euros para individuos que mueven 50 millones.