Cae en Marbella el líder de la Mocro maffia que amenazó de muerte a la Princesa de Holanda

La operación Army, desarrollada por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional, ha permitido además de su detención y la de otros cinco miembros de su grupo en Málaga y Melilla, desmantelar una potente estructura financiera que blanqueaba los millonarios beneficios del tráfico de drogas en el sector inmobiliario. La investigación es de una «tremenda complejidad», en palabras de los responsables policiales, con órdenes europeas de detención y solicitudes judiciales internacionales. «Hemos sido capaces de desentrañarla. Estaba asentada en España, Holanda, Marruecos, Emiratos Árabes y República Dominicana».

Con un nivel de sofisticación financiera pocas veces visto, habían logrado ocultar los beneficios en inversiones inmobiliarias y productos de lujo, a través de sociedades instrumentales, testaferros y el milenario sistema de compensación, la 'Hawala'. Un ejemplo del nivel es la operativa de blanqueo detectada por la Policía a través de la Embajada española en Tailandia, que utilizaron para controlar sociedades allí y eludir cualquier sospecha.

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Laura L. Caro

Para Holanda, un país en jaque por el crimen organizado, Ridouan Taghi es el enemigo público número uno. La prensa dice que está tras las amenazas a la heredera del trono. Encarcelado desde 2019 por drogas y asesinatos, la fiscalía dice que gobierna «una máquina de matar». La 'Mocro Mafia'

Karim Bouyakhricham llevaba una década instalado de forma intermitente en la Costa del Sol donde contaba con un servicio de seguridad privada. Allí, en 2014, el clan rival de los Tagi asesinó supuestamente al hermano de Karim. El crimen provocó una reestructuración de los clanes de la Mocro maffia y poco a poco Karim asumió el liderazgo que ya venía de tradición familiar. Su padre, apodado 'el Coronel' encabezó antes el grupo criminal. En esos vaivenes por el poder acabó refugiándose en 2019 en República Dominicana donde montó otra estructura financiera sin desatender la europea y con un miniejército de fieles delincuentes a sus órdenes. «Venían a la casa a rendirle pleitesía decenas de personas», contó uno de los vecinos de la finca de lujo en la que ha sido detenido en Marbella. En Suramérica logró estrechar más aún sus lazos con los grandes carteles de la droga.

La UDEF, con el juzgado de Instrucción 4 de Marbella y la Fiscalía Antidroga de Málaga, han logrado bloquear 172 propiedades por valor de 50 millones de euros y cerca de tres millones en cuentas bancarias. En los registros han encontrado 75.000 euros, joyas y armas de fuego. Los investigadores sostienen que la organización ha realizado operaciones de blanqueo por importe de seis millones de euros, aunque esa cifra podría ser solo aproximada puesto que se les vincula con la introducción de enormes partidas de cocaína a través del puerto de Amberes, sobre todo.

El inspector jefe Santiago Vázquez (UDEF) destacó en rueda de prensa la «profesionalidad del grupo organizado», que ha superado con creces instrumentos jurídicos complejos para la estructura societaria. «Tenían conocimientos nacionales e internacionales», utilizaban alta tecnología con comunicaciones encriptadas y sus vínculos con organizaciones latinoamericanas de narcotráfico están acreditadas.

Por supuesto, la violencia extrema formaba parte de su menú delictivo. Existen más que indicios de los ajustes de cuentas y asesinatos que han llevado a cabo, así como las amenazas de muerte en los Países Bajos a la Familia Real, con la Princesa Amalia en el foco. No solo a ella: al clan Bouyakhricham se le relacionó con el asesinato del periodista de investigación Peter R. de Vries, tiroteado en plena calle, que conmocionó a Holanda y con las amenazas a jueces y policías. La rivalidad entre los dos clanes sigue vigente.

Además de Karim en la operación ha caído el cerebro de la estructura de blanqueo, y cuatro individuos de los escalones inferiores entre los que hay algún español. «Falta por detener a más personas», según los responsables de la operación.

Pese al nivel económico del que disfrutan (alguna de las viviendas que compraron está valorada en dos millones de euros) no hacían ostentación; Karim, el que menos. Apenas salía de su guarida en Marbella, se movía en una moto discreta y estaba pendiente de su comitiva de seguridad. Aun así, dieron con él.