Trapero, ovacionado en la sede central de los Mossos d'Esquadra

Trapero, muy sereno, ha escuchado los aplausos sin cambiar el gesto . Después, se ha detenido para abrazar a algunos compañeros y LES ha animado a seguir trabajando con la misma profesionalidad de siempre. La misma escena se ha vivido minutos después en el interior del edificio. La cuenta oficial de los Mossos en Twitter ha publicado un vídeo con tan distinguido recibimiento.

El mayor de los Mossos esquivó ayer la prisión pero ha visto limitada su libertad después de que la Audiencia Nacional le haya prohibido salir de España. Le obliga, además, a entregar el pasaporte y a comparecer en el juzgado cada quince días. La magistrada Carmen Lamela le advirtió de que su situación podría variar si incumple alguna de estas medidas.

La juez consideró suficientes estas medidas para garantizar la disponibilidad de Trapero ante la justicia, y descartó que exista riesgo de que el mayor vuelva a cometer sedición , aunque admitió que la investigación podrá ampliarse. En el auto, Lamela explica que su acción se limita por ahora a lo sucedido el 20 y 21 de septiembre, cuando una masa de independentistas acosó a la Guardia Civil para entorpecer su labor investigadora contra los preparativos del referéndum ilegal del 1 de octubre. «No se conoce otra clase de actividad anterior o posterior», dice la juez.

El mayor de los Mossos estaría vinculado a la estrategia del independentismo , reconoce la magistrada, según el documento incautado en el domicilio del número dos de Oriol Junqueras.