Aragonès y Sànchez, un acuerdo fraguado en la cárcel
La flexibilidad en los permisos y el régimen de visitas en la cárcel han hecho de Lledoners un segundo Parlamento catalán
A las 7.40 horas de este lunes, ERC y Junts informaban a los periodistas de que los dos partidos habían llegado a «un principio de acuerdo para desencallar la investidura y formar un Govern de coalición». Tres meses y tres días después de ... las elecciones del 14 de febrero y a nueve días de la convocatoria automática de una repetición electoral, los grupos secesionistas firmaban la paz. Pere Aragonès está a un paso de ser elegido presidente de la Generalitat.
Las negociaciones del nuevo Govern catalán se han fraguado en la cárcel de Lledoners (Barcelona), escenario al que los máximos dirigentes de ERC y Junts han otorgado el papel de campo de juego político, a la par que el Parlamento de Cataluña, que ha centrado las reuniones sectoriales, básicamente. Con Oriol Junqueras, presidente de ERC, y Jordi Sànchez, secretario general de Junts, internos en el centro penitenciario, las entradas y salidas de Lledoners han sido constantes.
Entradas de Aragonès y salidas de Sànchez. La situación del número dos de Junts, en segundo grado y con la cuarta parte de la condena cumplida (el Tribunal Supremo le condenó a nueve años de prisión por el delito de sedición), le permite tener 36 días de permisos ordinarios al año para salir de Lledoners. Unos permisos que no necesitan el aval del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria correspondiente y solo deben ser autorizados por la dirección del centro penitenciario.
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Permiso para firmar libros en San Jordi
Para aceptar estos permisos, que debe solicitar el preso, no hay un criterio objetivo claro. Así, se conceden tanto para dar respuesta a una demanda familiar como para firmar libros el día de San Jordi, como ocurrió el 23 de abril de este año con Jordi Turull, Jordi Cuixart, Quim Forn, Josep Rull y Raül Romeva, también condenados por el Supremo por su participación en el 1-O.
A este modelo penitenciario cabe añadir la flexibilidad para que los representantes institucionales accedan a las prisiones sin requisito previo. Francisco Bañeres, fiscal superior de Cataluña, señaló en 2018 que «los nueve líderes independentistas recibieron 2.300 visitas de autoridades en las cárceles catalanas en 2018, en el medio año que estuvieron en prisión preventiva esperando juicio en el Tribunal Supremo por el proceso soberanista«.
De esta manera, tras tres meses y tres días del 14-F, a nueve días del límite del 26 de mayo, más dos encuestas electorales advirtiendo a ERC y Junts de que una repetición electoral solo les perjudicaría y una manifestación de la ANC en la que el independentismo 'hiperventilado' amenazaba con pasar por encima de los actuales líderes de los grupos secesionistas, Aragonès y Sànchez han firmado la paz de Lledoners.