La CUP aplaude desde el Parlament el acoso a los jóvenes constitucionalistas de la UAB: «Todo el apoyo»

«Antes de empezar, antifascistas siempre , por lo tanto, todo el apoyo a los estudiantes que ayer en la universidad frenaron una vez mas al fascismo y lo expulsaron de las universidades publicas de este país», ha afirmado Reguant al iniciar su intervención, centrada esta mañana en otro asunto. Las palabras de la dirigente de la CUP han recogido algunos aplausos entre otros diputados de un Parlament que hoy ha aprobado, entre otras cuestiones, su presupuesto anual y la creación de un fondo para pagar las fianzas de los políticos procesados por el 1-O.

Mientras la CUP respaldaba a los radicales que ayer rodearon y acosaron a los jóvenes de S'ha acabat -una entidad juvenil dedicada a denunciar la instrumentalización de las universidades públicas catalanas por parte del independentismo-, Junts y ERC han pasado de puntillas sobre esta cuestión. Los republicanos han evitado valorar la polémica mientras que la consejera de Universidades, la posconvergente Gemma Geis, se ha limitado a respaldar el comunicado difundido ayer por la UAB en el que la universidad evitó condenar la violencia y reivindicó los campus como un espacios «de ideas y reivindicaciones». Aragonès tampoco ha dicho nada sobre lo ocurrido en la UAB.

En la oposición, el escrache vivido en la UAB y el aplauso posterior de la CUP han causado estupefacción. El líder de Ciudadanos en Cataluña, Carlos Carrizosa, se desplazó ayer hasta la Autònoma para mostrar su apoyo a los estudiantes de «S'ha acabat» y hoy ha denunciado el respaldo que le han dado los antisistema. «Los indultos y la mesa del chanaje no desactivan el hostigamiento nacionalista», ha alertado tras las palabras de Reguant. Por su parte, el líder de Vox en Cataluña, Ignacio Garriga, ha respondido a las palabras de la diputada antisistema con una advertencia: «os ilegalizaremos». La diputada del PP Eva Parera, por su parte, denunció el ambiente «asfixiante» de «señalamiento, populismo del malo, y nacionalismo muy peligroso» que ha invadido el Parlament.