Philippe Jaroussky: «'Radamisto' será probablemente mi última ópera completa de Händel»
El contratenor actúa esta semana en Barcelona y Madrid mientras prepara su salto a la dirección
Philippe Jaroussky, en una imagen promocional
El contratenor Philippe Jaroussky emprende estos días una gira que lo llevará a Barcelona (Palau de la Música, día 6) y Madrid (Auditorio Nacional, día 12) para presentar la ópera 'Radamisto' de Händel en versión de concierto. A sus 42 años, ... el cantante se siente a las puertas de una nueva etapa en su vida profesional. Siguiendo la evolución natural de su voz, adelanta a ABC hacia dónde encamina sus pasos en el futuro a medio plazo, con la vista puesta no solo en la interpretación vocal, sino también y especialmente en la dirección.
Este Radamisto no es nada frecuente en los escenarios. ¿Qué le ha llevado a escoger este Händel?
Es injusto. Es cierto que no es tan famosa como 'Rinaldo', 'Giulio Cesare' o 'Ariodante', pero 'Radamisto' es una ópera bastante importante en la vida del compositor. Fue un éxito de juventud, la estrenó en una época en la que estaba experimentando con muchas cosas. Me encanta. Yo la clasificaría entre las «óperas oscuras» de Händel. Los personajes están muy torturados, y todo el mundo quiere suicidarse desde el principio. Todo es muy complicado. Mi enemigo está casado con mi hermana... un lío.
¿Cómo conectó con 'Radamisto'?
Empecé cantando una aria de esta ópera, 'Ombra cara'. Se sabe que Händel estaba muy orgulloso de ella. Luego, incluí tres arias de esta ópera en mi álbum sobre Händel. El personaje encaja muy bien en mi personalidad, porque es un antihéroe.
¿Se considera usted un antihéroe? Las arias que le han dado fama son bastante heroicas.
Buena parte del repertorio de castrato requiere esas exhibiciones de virtuosismo, cierto. Pero mi voz se encuentra más a gusto en arias lentas, contemplativas. Por eso escogí 'Radamisto', que tiene ese carácter un poco soñador. Siento que en esos momentos es cuando puedo dar lo mejor de mí.
Cuando habla de Händel sigue usted transmitiendo una gran emoción, se le ve ilusionado. ¿La chispa se mantiene viva tras tantos años de relación?
El compositor con el que inicié mi carrera fue Vivaldi. Gracias a él la gente empezó a conocerme cuando era más joven. Podría decir que Vivaldi fue mi mejor 'impresario', y amo a su música, pero para mí el gran genio de la ópera barroca es Händel, por supuesto. Pero probablemente esta sea la última ópera completa que haga de Händel.
¿Por qué?
En ocasiones me siento frustrado. Los artistas tenemos muchas frustraciones, tenemos que lidiar con ello. Hay muchos papeles que no podemos cantar, y eso me pasa también con Händel. Hay roles que son demasiado agudos para mí, otros demasiado graves, o demasiado virtuosísticas. No es que este 'Radamisto' sea mi adiós a las óperas de Händel, pero probablemente sea uno de mis últimos proyectos con una ópera suya completa. De hecho, siempre he querido cantar más sus oratorios, y quizás me centre en esa parte del repertorio.
La edad influye en esa decisión?
Es una cuestión de edad, por supuesto. No es que sea mayor, pero llevo cantando más de 20 años, y mi cuerpo va evolucionando. Para preparar este Radamisto he necesitado centrarme en el proyecto exclusivamente durante dos meses para preparar estos conciertos y sentirme a gusto en mi papel. Es más de lo que había necesitado en los dos proyectos anteriores, y siento que cada vez me cuesta más abordar esta música virtuosística. Creo que me orientaré más hacia músicas más espirituales, como Bach. Tengo todavía muchas cosas pendientes por cantar.
La dirección también está en su horizonte próximo.
Sí, dirigiré mi primera ópera en 8 meses, 'Giulio Cesare'. No dejaré Händel en paz, seguiré dialogando con él. Hasta ahora lo hacía con mi voz, y ahora intentaré encontrar mi interpretación de la ópera, cosa que me resulta muy motivadora. La energía que tienes que dar es muy diferente cuando diriges. Cuando cantas, tienes que estar centrado en tí mismo. Pero como director tienes que inspirar a los demás con tu gesto, tu cuerpo... recuerdo que las primeras veces que lo hice iba descubriendo músculos que no sabía que existiesen, estaba cansadísimo e incluso dolorido al acabar. Es como empezar una vida nueva.
Durante los veinte años que lleva de carrera, ¿cómo ha evolucionado el mundo de los contratenores?
Yo diría que ahora es más fácil empezar porque, al haber muchas más producciones de ópera barroca, puede hacer muchas más audiciones. Por otro lado, hay mucha más competencia. Creo que si empezase mi carrera ahora, sería mucho más difícil despuntar. Hace solamente treinta años, se pensaba que la voz de contratenor era algo artificial y pequeña. Ahora hay contratenores con voces más grandes que algunas mezzosopranos. Además, cada vez los hay con tesituras más amplias. Quién sabe si veremos a un contratenor cantando La reina de la noche o Violetta, o incluso algo de Wagner. Estoy convencido de que el futuro de los contratenores es brillante, y que nos traerá muchas sorpresas.