Reunión familiar en la cárcel de Neumünster

Antes de entrar en el centro penitenciario, Marcela Topor ha dedicado unos minutos a saludar a las personas reunidas ente la fachada de la prisión, muy especialmente a un catalán de Gerona, Eduard Alonso, que asegura que quiere dormir delante de la cárcel hasta que el expresidente de Cataluña sea liberado. «Muchas gracias por vuestro apoyo» y «seguiremos adelante» han sido las escuetas frases que ha pronunciado.

Anoche, Marcela Topor asistió a una cena organizada por la Asamblea nacional Catalana (ANC) en honor de Puigdemont, el mismo día en que la Fiscalía de Schleswig-Holstein pidió la extradición. La cena fue celebrada en el Hotel Prisma Best Western de Neumünster y reunió a unas 50 personas reunidas ya en esta ciudad del norte de Alemania para servir de equipo de apoyo al expresidente de Cataluña.

Desde la fuga de Puigdemont a Bélgica, el 29 de octubre de 2017, apenas ha habido constancia de encuentros entre el ex presidente y su esposa . Estaba previsto que pasasen juntos en diciembre el puente de la Constitución en Bruselas, junto con sus hijas, pero finalmente no se pudo confirmar que hiciera el viaje. En Navidad, se vio a Puigdemont celebrar las fiestas únicamente con sus simpatizantes catalanes huidos con él a la capital belga. Solamente una foto publicada por ABC mostró a Puigdemont y a su esposa tomando las uvas juntos el día 31 de diciembre con Miquel Casals , líder del movimiento independentista Terra Lliure , y a la esposa de éste.

A pesar del distanciamiento, la rumana de 40 años, 15 más joven que el líder independentista, se ha mantenido en constante contacto con su marido, aseguran las mismas fuentes separatistas, y «el matrimonio está más unido que nunca». Se conocieron en 1998, cuando ella formaba parte de una compañía de teatro rumana que participaba en Gerona en un festival y Puigdemont ejercía como periodista deportivo en el diario «El Punt», que dejó para tomarse un tiempo sabático y recorrer Europa junto a Topor. Ella, licenciada en Filología inglesa por la Universidad de Bucarest , sintió enseguida «admiración y complicidad».

Marcela procedía como él de una familia modesta, junto a la que había soportado la feroz dictadura de Ceucescu. Puigdi y Mars , como les llaman sus respectivos amigos, se casaron en una ceremonia civil en Rosas, en la costa de Girona, y celebraron posteriormente una boda religiosa en una iglesia ortodoxa de Rumanía. Hoy la pareja sigue muy unida y Topor ha acudido a la prisión «en cuanto ha sido aconsejable».

El día de hoy es de un intenso tráfico de visitas para Puigdemont . La de su mujer y Matamala es la segunda que recibe, después de la del vicepresidente primero del Parlamento de Cataluña, JosepCosta, que acudió a primera hora, y esta tarde se al eurodiputado y ex ministro de Exteriores esloveno Ivo Vajg, que mantendrá una entrevista con Puigdemont. «Son muchas las personas que quieren expresar su solidaridad personalmente», explican fuentes separatistas que organizan las visitas a la cárcel, «se trata de un asunto importante a nivel europeo y es normal que muchos se interesen por él».