El nombre sí hace la cosa
En los últimos tres años se ha aprobado el cambio de nombre de 23 calles de Barcelona, la mayoría sin connotaciones políticas, otras claramente polémicas
Ningún nombre es neutral, y a través del «nomenclátor» barcelonés bien puede trazarse la historia de la ciudad, reescrita de forma permanente, bautizando y rebautizando calles y plazas. La Ponencia del Nomenclátor -entre cuyos miembros la oposición municipal está excluida-, es el organismo que se ... encarga de regular los nombres, bien a iniciativa propia, bien valorando peticiones ajenas.
Tras una etapa de gran intensidad tras la recuperación democrática -básicamente con la erradicación de nombres de connotaciones franquistas, sustituidos por otros vetados por el régimen-, la ponencia del nomenclátor ha vivido normalmente ajena a la polémica, con una regulación ya muy definida, como la que obliga a esperar cinco años desde su fallecimiento antes de poner el nombre de una calle a un personaje.
En los últimos tres años, por ejemplo, el Ayuntamiento apenas ha aprobado 23 decretos de cambio de denominación. Dos de los que están pendientes de encontrar ubicación -y a los que la ponencia dio el «ok» el pasado 25 de septiembre- sí son polémicos. Es el caso de Vicenç Ballester i Canals, creador de la bandera independentista, y de Ernesto «Che» Guevara, dos personajes que, como ayer denunció el PP, no merecen ser recordados. Para los populares, la ponencia actúa de manera partidista, manteniendo por ejemplo la calle Sabino Arana, una denominación que querrían ver cambiada.
Los cambios con intencionalidad política cada vez son menos. En 2006, por ejemplo, se cambió la Calle del Terç de la Mare de Déu de Montserrat por un Carrer de la Mare de Déu de Montserrat sin connotaciones «guerracivilistas»; más recientemente, las dos alusiones (calle y pasaje) al Duc de la Victòria (en recuerdo al general Espartero, que mandó bombardear la ciudad en 1842) fueron cambiados por un neutro Carrer del Duc y Passatge de Francesc Pujols; en 2007, la calle del General Almirante se cambió por la de Juan Gris; mientras, en 2006, la Avenida del Hospital Militar pasó a ser Avenida de Vallcarca.
Alberto Fernández, jefe de filas del PP en Barcelona, consideró ayer que dedicar un espacio al «Che» o al creador de la «estelada» es aún más grave cuando personajes como Salvador Dalí o Xavier Cugat no lo tienen. Fernández señaló también que el economista Adam Smith tampoco tiene calle ( sí en cambio Karl Marx). El PP sugiere que se piense en recordar a Juan Pablo II, de quien en abril de 2010 se cumplen cinco años de su muerte.
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