El narco Carbajo, a un subordinado: «Hablaré con Trapero y que tome medidas»

La investigación arrancó en 2010, y entonces, el titular del Juzgado de Instrucción 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, llegó a sospechar de más uniformados corruptos e incluso ordenó el registro en la sede de la policía catalana en Sabadell, al creer que podrían ocultarle información. Y es que el entonces jefe de la División de Investigación Criminal (DIC), Josep Lluís Trapero, también tuvo como confidente a Carbajo, y así lo atestiguan las escuchas telefónicas al traficante : «Hablaré con Trapero, porque tengo que quedar a comer con él, y que tome medidas».

Así lo ha detallado este miércoles un policía nacional durante el juicio, que se celebra en la Audiencia de Barcelona. Dicho agente estuvo al frente de las pesquisas previas sobre uno de los investigados, Marco Antonio C. y, bajo la tutela del Juzgado de Instrucción 3 de Gavá, su grupo intervino el teléfono del sospechoso -ahora también acusado por tráfico de drogas-. Fue así como comprobaron que uno de sus principales interlocutores era «Manolo». Es decir, Gutiérrez Carbajo.

En una de esas charlas entre ambos, el supuesto capo y su subordinado, que «hablaban con familiaridad, como si se conocieran de toda la vida, nos dieron a entender que sabían que los estábamos vigilando», ha indicado el policía a preguntas de la fiscal. Fue entonces cuando mencionaron a otro agente del CNP, Alberto C., y tras ello el capo deslizó que hablaría con Trapero al respecto para pedirle que tomase «medidas».

El grupo de investigación de la Policía Nacional en Cornellá vio truncado su trabajo cuando la Guardia Civil, sin previo aviso, detuvo a Juan Miguel B. , otro sospechoso y también estrecho colaborador de Carbajo. Los agentes se enteraron del arresto por una conversación entre el capo y Marco Antonio, y pidieron explicaciones a la Benemérita. «Cuando me enteré me extrañó, porque toda la información la introducía en la unidad central, y si lo estaban investigando, yo tenía que haberlo sabido», ha indicado quien estaba al frente de las pesquisas.

La respuesta que recibió cuando se plantó en el cuartel de la Guardia Civil en Sant Andreu de la Barca (Barcelona) fue que habían recibido una información y que tenían que «actuar rápido», por eso no les había dado tiempo a notificarlo en la base de datos policial.

A partir de ahí, el CNP solicitó el cese de las escuchas. «Habían cambiado de teléfonos y sabían que los estábamos investigando. Hubo una filtración que no sé de dónde vino y luego la detención», ha indicado el agente, citado en calidad de testigo.

Tras este, una integrante de la policía judicial de Cornellà ha indicado ante la Sala: « pasaron cosas extrañas en la investigación y no pudimos continuar ». «¿Por qué?», ha inquirido una de las defensas. «Teníamos claro que los investigados no eran trigo limpio, pero no sé por qué no se continuó», ha contestado ella. «Entonces tiene menos sentido que acabe...», ha insistido el abogado. «Pero eso no lo decido yo, lo deciden los responsables de la unidad», ha zanjado.

El juicio continuará el próximo lunes, con la declaración de más policías. Durante este mes también Trapero comparecerá en calidad de testigo.