Imma Monsó gana el Ramon Llull con «La dona veloç»
La novela galardonada narra «la tragedia de una mujer veloz que tiene vocación de lenta, aunque no sabe parar»
Antes de que la necesidad de apretarse el cinturón acabe afectando a un premio que, como ya aseguró en su día el director de Institut Ramon Llull, Vicenç Villatoro, cambiará de formato y reducirá su dotación a partir de 2013, las letras catalanes vivieron ayer su gran noche con la entrega del XXXI Premio Ramon Llull, suculento galardón dotado con 90.000 euros.
Y nada mejor para completar una fiesta marcada por la austeridad —la cena de otros años fue reemplazada por un acto institucional en el Palau la Generalitat— que centrar todos los focos en Imma Monsó (Lleida, 1959), ganadora de una edición que estuvo también marcada por el recuerdo al recientemente fallecido Carlos Pujol, miembro del jurado del premio desde que Joan Perucho se alzase vencedor con «Les aventures del cavaller Kosmas».
Monsó, autora de largo recorrido y carrera ejemplar desde que se estrenase oficialmente en 1996 con «No se sap mai», añadió ayer su nombre a la lista de ganadores gracias a «La dona veloç», novela en la que se interroga sobre la velocidad de las cosas y sobre la imposibilidad de adaptarse a un molde «que no hace más que cambiar de forma».
La novela, explica Monsó, narra «la tragedia de una mujer veloz que tiene vocación de lenta, aunque no sabe parar». Esa mujer, añade la autora, es una psiquiatra de 48 que «corre como corre cualquiera que lleve una vida urbana» e intenta sin éxito encontrar un poco de tiempo de libre en un ajetreada vida con ramificaciones familiares y una serie de personajes «al límite de la neurosis». Y es que, tal y como explicó ayer la autora antes de recoger el premio, «La dona veloç» puede leerse como «una metáfora del tiempo que vivimos, que se nos ha escapado de las manos y en el que lo instantáneo y lo inmediato lo dominan todo, siendo la fuete de los todos males que vivimos». Para el jurado, compuesto Sam Abrams, Laura Borràs, Leonello Brandolini, Pere Gimferrer, Gema Liena, Teresa Colom y Emili Rosales, tan valiosa es la reflexión sobre el tiempo que propone Monsó como unos personajes que Rosales calificó de «fascinantes».
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