El hijo del último alcalde franquista de Rubí que quería colgar la cabeza de Sánchez sobre una chimenea

27 de agosto de 2018. Murillo escribe un nuevo mensaje en el grupo 'Terrassa por España': «Nos hemos de mojar y actuar. Yo estoy dispuesto. Mi mayor ilusión es meter al traidor de Sánchez debajo de la lápida de Franco. Quizás estoy hablando mucho pero digo lo que siento en mi corazón».

Ya en septiembre, el hombre, que entonces tenía 63 años, volvió a la carga: «Llamo a un alzamiento nacional, aunque parezca de locos, sería la verdadera solución. Llamo al ejército y a la legión (….) Si no tendremos que ir de francotiradores anónimos cargándonos a esos hijos de puta poco a poco, sin ayuda. Habríamos de tener más contacto entre nosotros para planear actos y hacer planes. Yo haría cosas, pero no quiero ir como un loco. Todo ha de estar bien planeado para que salga bien, o sea, necesito ayuda».

La administradora del grupo, Patricia Muñoz, decidió denunciar al individuo al considerar que sus amenazas contra el presidente del Gobierno podían ir en serio. Lo hizo después de que éste explicase que contaba con « muchas armas y munición » y que esperaba «el momento de salvar España».

No era un farol. Los Mossos d'Esquadra , que también dieron veracidad a la amenaza de matar a Sánchez,   descubrieron un arsenal en su casa y en su coche. Solo en el vehículo, un Seat Leon , portaba una pistola, una carabina, un puñal y un punzón. Durante el registro en el domicilio, en un habitáculo del último piso, localizaron numerosas armas. Varios revólveres con el cañón manipulado, una escopeta, un fusil de asalto CETME del Ejército de Tierra, y munición abundante.

Murillo, hijo del último alcalde franquista de Rubí (Barcelona), del mismo nombre, había destacado durante su juventud como atleta. Nacido en 1956, fue cuatro veces campeón de España de los 100 kilómetros en ruta, y participó en seis campeonatos del mundo de atletismo. También era socio del Club de Tiro de Terrassa, donde residía. Cuando fue detenido, el presidente de la entidad lo tildó de « tirador mediocre , de cuarta categoría».

Tras el arresto, el 19 de septiembre de 2018, la Policía catalana explicó que «quería sacrificarse por España y estaba dispuesto a pagar las consecuencias carcelarias» de su acción. Desde entonces se encontraba en prisión provisional, por decisión de un juzgado de Terrassa. Este martes, la Audiencia Nacional le ha condenado a siete años y medio de prisión . Dos años y seis meses por homicidio en grado de proposición y otros cinco por depósito de armas de guerra.