No queremos hacer el juego a España

Desde principios de junio hasta el pasado sábado, esta información pasó por distintos medios independentistas, sobre todo digitales, que reciben y esperan recibir sensibles subvenciones de la Generalitat. Tan sensibles, que sólo gracias a ellas pueden asegurarse la subsistencia. Consciente de esta precariedad, Giró se 'quedó' con el departamento de Difusión -el encargado de repartir la sopa- como primera y casi única condición para aceptar ser consejero. En el año y pico que ha estado en el cargo no han sido pocos los que le han acusado de ser arbitrario en este reparto, para favorecer a sus amigos -sobre todo 'El Nacional', de José Antich, pero también el diario 'Ara'- y de perjudicar a 'El Periódico' y 'La Vanguardia' por no doblegarse a sus directrices. Del director de este último medio, Jordi Juan, Giró decía que no iba a parar hasta conseguir que le echaran.

El dinero ha sido uno de los motivos por el que sólo ABC ha publicado esta información. Pero si hemos de ser justos, hay que reconocer que no es el único. Ni probablemente el más importante. En Cataluña el periodismo raramente existe. En Cataluña lo que hay es militancia, y militantes que publican lo que creen que conviene a su causa. En Cataluña la verdad, e incluso la realidad, no tienen ningún prestigio, ni ninguna importancia, y todo lo que sea no enarbolar las más exacerbadas banderas es visto como una prueba de hostilidad, de falta de dignidad nacional, de traición, de colono español y naturalmente de enemigo, contra quien hay que actuar. Los distintos periodistas que han tenido esta información en sus manos no han dudado de su fiabilidad en ningún instante, pero «no queremos hacerle el juego a España publicándola», como si Giró tratando de engañar a sus propios compañeros de partido, con el único propósito de obtener un provecho personal y vanidoso, hubiera dado algún paso hacia la independencia de Cataluña o a «España» le importara lo más mínimo las normas y las carencias que Junts impone a sus militantes para poder acceder a la cúpula del partido.

El primer correo que estos militantes de Junts mandaron a un medio de comunicación con estas revelaciones fue del pasado 7 de junio. La primera vez que se pusieron en contacto con ABC fue el domingo a las 10.36 de la mañana. En el intercambio de correos que mantuvimos -además de denunciar que «Jaume Giró (con la complicidad de Jordi Sànchez) manipularon la fecha de afiliación de la base de datos de militantes de Junts y se simularon pagos de cuotas inexistentes para que el Sr. Giró pudiera cumplir el requisito de 6 meses de antigüedad y así poder formar parte de la ejecutiva de Junts en el Congreso que se celebró el pasado mes de julio», y que «todo ello era una estrategia para moverle la silla al vicepresidente Puigneró y lanzar a Giró a la candidatura presidencial de Junts»- confirmaron que efectivamente habían mandado la misma información a otros medios «el pasado 7 de junio y como no nos respondieron no enviamos las pruebas documentales porque entendimos que no tenía interés en el tema».

Más allá de la actuación de Giró, lo que esta noticia revela es que el proceso independentista no ha sido sólo un sistema de destrucción social y política de Cataluña sino con qué gravedad ha afectado al sistema moral y a la calidad de la libertad de los catalanes.