La pregunta de la dirección de Junts a sus bases: «¿Quieres que Junts siga formando parte del Govern de Cataluña?»

De nada han servido las cautelosas conversaciones del fin de semana entre Jordi Turull, secretario general de Junts, y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, para intentar reconducir la crisis de gobierno abierta en canal la semana pasada. Tras la destitución de Jordi Puigneró, vicepresidente del Govern catalán y hombre fuerte de Junts en el ejecutivo, que siguió al ultimátum de Junts a Aragonès, la relación de los socios no ha hecho más que empeorar. Así, la militancia de Junts, responderá a una pregunta, avanzada por Ep y confirmada por Turull a media tarde, que decidirá el futuro del Govern.

La determinación de la ejecutiva de Junts de consultar a las bases ya se había decidido, tras el cese de Puigneró, por lo que en la reunión de este lunes se dilucidaba, únicamente, la pregunta y si esta (y su respuesta) dejaba abierta la puerta a algún tipo de interpretación posterior para la dirección del partido. No cabrá esta posibilidad. Y, por lo tanto, el viernes se sabrá si Junts sale del Govern y deja en minoría a ERC, que cuenta con 33 de los 135 escaños del Parlamento de Cataluña. El gobierno actual tiene 64 escaños. La mayoría está en los 68.

El fin de semana se hizo el último intento de apaciguar los ánimos entre los dos socios. Borràs y Puigneró han informado esta mañana de que en la última propuesta enviada a Aragonès, el domingo por la tarde, se había retirado la exigencia de restituir en el cargo al segundo. Junts mantenía, eso sí, las tres exigencias que considera que el partido de Oriol Junqueras no cumple, pese a estar firmado y pactado en el acuerdo de investidura: coordinación de los dos grupos en el Congreso y el Senado, reconfiguración de la mesa de diálogo entre gobiernos y creación de un ente que dirija la estrategia independentista e incorpore al Consell per la República.

Pero todo ha sido en balde. Aragonès sigue sin ceder y considera que se puede hablar de las tres exigencias pero siempre que no desvirtúen a la Generalitat y la capacidad de decisión del presidente autonómico. En esta línea, Marta Vilalta, portavoz de ERC, ha acusado hoy a Junts de querer trabajar «para romper el Govern» y ha advertido de que su partido está «preparado» para gobernar en solitario, si finalmente las bases de Junts deciden que es el momento de romper el Govern.

En cualquier caso, Turull ha defendido la negociación con ERC y criticado que a Aragonès no le haya servido ninguna de las propuestas que desde Junts se puso sobre la mesa. Ni la enviada el viernes ni la modificada el domingo. El secretario general de Junts ha desvelado que el segundo documento fijaba el 15 de noviembre como tope para la formación de la «dirección estratégica» del independentismo, que la mesa de diálogo incorporar miembros de los grupos parlamentarios y no solo del Govern y que el «grupo de trabajo» para coordinar a ERC y Junts en el Congreso y el Senado se hiciera bajo «el criterio» de la Generalitat. 

 «Desde Junts hemos dado pruebas suficientes para ponernos en la piel del otro y con voluntad de arreglarlo. Si hay voluntad de acuerdo, no hacen falta ultimátums. No hemos recibido ninguna contrapropuesta por parte de Aragonès», ha lamentado Turull, en la rueda de prensa vespertina tras la reunión de la ejecutiva. La dirección de Junts ha creado un comité electoral, formado por David Torrents, Mònica Sales, Damià Calvet y Míriam Nogueras, que vigilarán el correcto desarrollo de la consulta, dirigida a 6.465 afiliados con derecho a voto.

Sobre la posibilidad de que Junts se rompa, a raíz de la consulta de esta semana, cuyo resultado podría ser muy ajustado, Turull ha señalado que en su formación son todos «demócratas» y que, por lo tanto, no tiene duda de que el resultado no afectará a los cimientos de la formación. «Estoy seguro que no se romperá Junts; pero hay mucha gente que a la que le gustaría: las cloacas del Estado, la Casa Real…», ha añadido. Además, no ha descartado, completamente, que tras la consulta se retomen las negociaciones con Aragonès: «Nunca es demasiado tarde si el objetivo es noble».