Puigdemont asegura que no volverá a España «esposado» para rendir cuentas ante la Justicia

Pasadas las nueve de la noche de este martes, Puigdemont ha subido un vídeo en su canal de Youtube valorando la decisión de Llarena en el que ha ratificado que no tiene intención de regresar a España. Salió del país en 2017 y, desde entonces, está fugado de la Justicia española. «Que nadie tenga dudas, no volveré esposado ni rendido ante un juez español para que sea indulgente. Lucharé para volver libre», ha dicho el también eurodiputado, despejando así cualquier duda ante su posible vuelta inmediata.

Puigdemont ha acusado a Llarena de llevar a cabo «una finalidad política», al recordar que, en un primer momento, el juez instructor de la causa del 'procés' le imputó, como al resto de implicados, el delito de rebelión, luego, el de sedición y ahora un delito (el de malversación) que el mismo Llarena desestimó cuando Puigdemont fue detenido en Alemania en 2018 y hubiera sido entregado a España solo por malversación. «No es una Justicia democrática», ha añadido.

Además, el expresidente autonómico también ha tenido palabras para el que fuera su socio en los hechos del 'procés', ERC, pero sin citarlo explícitamente. Puigdemont ha dicho que, en su opinión, la insistencia de la Justicia en extraditarlo es la prueba de que se equivocan los que creen y defienden que el pacto con el Gobierno y el PSOE para reformar el Código Penal supone el fin de la 'represión'. Y ha valorado la reforma legislativa como «poco afortunada».

Así, a la espera de lo que suceda a finales de este mes ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, ha insistido en que seguirá su lucha judicial fuera de las fronteras de España y se ha situado al margen de cualquier posible pacto: «No pido a las autoridades españolas ningún beneficio». Además, ha asegurado que su lucha no es por «cálculos personales, ni cálculos partidistas», en una velada crítica a la estrategia de ERC y su líder, Oriol Junqueras.

Por todo esto, el que fuera presidente de la Generalitat entre 2016 y 2017 no tiene intención de abandonar su posición en Bruselas. «Asumo, por tanto, el riesgo que comporta que el resultado de la batalla en Europa no sea el esperado. Pero el riesgo es mucho más alto si aceptamos la idea de que en octubre de 2017 hicimos algo diferente que no fuera cumplir democráticamente con nuestro compromiso y que esto merece algún tipo de condena. No avalaré con mi beneficio personal una política que pretende criminalizar el anhelo de los catalanes de vivir definitivamente en un país libre», ha añadido, finalmente.