Y es que la progenitora, de 38 años, y la niña, llevaban casi dos meses desaparecidas. Fue este pasado sábado cuando la Policía rumana localizó un cuerpo, escondido en el inmueble donde la madre residía, en el barrio de Berceni de Bucarest, envuelto en plásticos. Las pruebas forenses determinaron que el cadáver, localizado en una bolsa de plástico en un cajón del sofá, era de la menor, según informó la Fiscalía de la ciudad en un comunicado,
Una identificación que se llevó a cabo tras comparar el perfil genético de los restos con los del padre de la niña. Según las primeras informaciones, llevaría varias semanas muerta. Fueron los propios familiares los que denunciaron la desaparición de ambas.
La sospecha de los allegados era que la madre podría haber huido del país junto a la niña, después de que ésta la visitase durante las vacaciones de Semana Santa, ya que era el padre quien ejercía su custodia, tras la separación, según ha detallado la cadena rumana Antena 3.
Ha sido este lunes cuando, finalmente, la Policía catalana ha localizado y arrestado a la progenitora, sobre la una de la madrugada, por su presunta implicación en el crimen. La División de Investigación Criminal (DIC) trata ahora de esclarecer ahora el grado de participación de la madre en la muerte de su hija.
Y es que según los familiares de la niña, la madre, presumiblemente en coche, abandonó Bucarest junto a su pareja, un hombre al que siguen buscando las autoridades rumanas, y del que sospechan, también podría ser responsable de la muerte de la menor. Por el momento, sigue en paradero desconocido.
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete