El independentismo ve margen para forzar a Sánchez y lograr la amnistía

Tanto en Junts como en ERC se trabaja con el horizonte de una negociación larga, aunque ahora ya con un plazo de vencimiento sabido: 27 de noviembre, que es el plazo que tendría Pedro Sánchez para optar a la reelección y así evitar elecciones a la vuelta de las vacaciones de Navidad.

En este escenario, en el que la celebración de la Diada no deja de ser un elemento distorsionador, la aprobación de una ley de amnistía es ahora para los dos partidos independentistas la «línea roja» para facilitar la investidura de Pedro Sánchez, mientras que la autorización para un referéndum de autodeterminación se asume ya en medios secesionistas que no es un objetivo realista en el momento actual.

Lo que está ahora en cuestión es limitar cualquier derivada penal del procés y concretamente en forma de ley de amnistía. Si hace pocos meses el presidente Pere Aragonès trataba de apaciguar al independentismo más exaltado defendiendo que ERC estaba logrando con las reformas penales de la pasada legislatura unos frutos iguales a la «amnistía o sus efectos«, el resultado de las elecciones de julio ha hecho aumentar el precio, con lo que ya es el indulto general, es decir la amnistía, lo que está encima de la mesa.

Ayer mismo lo volvía a dejar claro la consejera de Presidencia de la Generalitat, Laura Vilagrà (ERC), quien aludió de nuevo a la «línea roja» de la amnistía, aunque «sin desviarnos ni un milímetros de nuestro objetivo, que es la independencia», apuntó la consejera casi a modo de consigna para el consumo interno. Lo relevante, se sostiene desde ERC, es que en la próxima legislatura se producirán resultados. «El curso político comenzará muy caliente y pasarán muchas cosas«, apuntó Vilagrà en este sentido, reclamando unas negociaciones con el PSOE que pide que sean «prudentes y discretas». Obviamente, no se contempla otro diálogo que no sea con el socialismo, aunque el PP apuntase a que no descarta hablar con Junts y ERC de manera previa a la sesión en la que Feijóo intentará la investidura. Los republicanos rechazan de plano cualquier encuentro con los populares.

Ahora mismo, lo que se da en Cataluña es una competición entre Esquerra y Junts para presentarse ante su electorado como los mayores conseguidores, asumiendo los republicanos que toda la estrategia de diálogo llevada a cabo durante la pasada legislatura, y los frutos que se lograron –indultos, derogación de la sedición y reforma de la malversación–, puede verse desmerecida en función de cómo avance ahora la negociación con el PSOE.

Es por ello que desde ERC no se deja de recordar que el escenario actual es la continuación del iniciado en la pasada legislatura, y que son los de Junts quienes han modificado su estrategia. «Los primeros pasos ya se están dando y se tiene que poner en valor lo que hemos conseguido, como liberar a los presos políticos. Siempre hemos dicho que este era solo un primer paso y hay que abrir la carpeta de la amnistía y la autodeterminación», insistió Vilagrà.