Ahí está España

Es importante tenerlo claro: lo sustancial, lo nuclear, no es que Puigdemont esté 'chantajeando' a 'España', porque las ratas son inevitables. Lo que importa es lo que hace el gato, y la maquinaria del Estado se ha puesto a funcionar para dar dos nuevas victorias políticas a Pedro Sánchez: la primera y más obvia, su investidura; la segunda, y más de fondo, crearle el relato de que él cerró definitivamente las heridas de 2017 reincorporando a la política nacional a los partidos y políticos independentistas, primero al grumete Junqueras, como a un Smith de la vida; y con el tiempo y cuando se pudo al Capitán Garfio Puigdemont. Para este último logro está contando con la inestimable ayuda de un presidente del Tribunal Constitucional que lleva ya algunos días, y bastantes papeles, trabajando no para cumplir y hacer cumplir la Constitución sino para ayudar a sortear obstáculos a los que en su espíritu y en su literalidad pretenden manifiestamente saltársela.

El poder legislativo tiene capacidad para convertirse en fuente normativa y las proposiciones de ley que suscriben los grupos parlamentarios no tienen que pasar por los órganos consultivos. Aunque la ley sea injusta, el parlamento no puede cometer prevaricación. No existe la prevaricación legislativa y el BOE lo aguanta todo. ¿Es imposible una nueva ley de amnistía? Tantas cosas han parecido imposibles en los últimos años en España, y han sucedido, que sería ahora pueril rasgarse las vestiduras en este sentido.

Además, el presidente del Gobierno ha aprendido que cuando de las leyes se encargan a pega-carteles sale lo que sale, como pudimos comprobar con la ley del 'sí es sí', que tuvo que ser rectificada, o la ley que rebajaba la malversación, que tuvo que ser interpretada en contra de la voluntad de sus autores por los aparatosos defectos de técnica legislativa que presentaba.

Todo lo contrario, Conde-Pumpido es un hombre listo y jurídicamente sólido y está buscando fórmulas para que la nueva ley de amnistía sea inexpugnable. Él siempre ha tenido una conexión medular con el poder, su privilegiada relación con José Luis Rodríguez Zapatero le ha servido para que el expresidente le haya acercado a Pedro Sánchez y la fluidez entre ambos es total. El equipo de juristas que está trabajando para dar satisfacción a los partidos independentistas está liderado por el presidente del Tribunal Constitucional.

No es que ahí esté Pedro Sánchez; es que ahí está España.