La falta de chips frena el 70,8% la industria del automóvil
Maroto llama a la colaboración público-privada para afrontar la crisis del sector
Trabajadores en una planta de automoción
La nueva normalidad es la inestabilidad. Esta es la máxima que resume la situación de la industria del automóvil en España durante la pospandemia. Entre 2021 y 2022 la escasez mundial de microchips ha condicionado en gran medida el sector, concretamente, el 70,8% ... de las compañías declaran haber sufrido de manera «fuerte» o «muy fuerte» las consecuencias de su racionamiento. Por otro lado, crisis recientes como la guerra en Ucrania y la subida de los precios del combustible han afectado al 61,8% de las compañías, que a pesar de todo tienen el año 2035 como límite decretado por la UE para cesar la venta de motores de combustión.
Estas son algunas conclusiones del informe 'Auto Mobility Trends 2022', un barómetro de la industria del automóvil elaborado por la consultora Metys. El documento fue presentado ayer en Barcelona en un acto en el que participaron la Ministra de Industria, Reyes Maroto; el consejero de Empresa y Territorio de la Generalitat, Roger Torrent; el primer teniente de la alcalde de Barcelona, Jaume Collboni y representantes de las principales asociaciones sectoriales y sindicatos.
Según el barómetro, el 43% de las empresas de la industria aumentaron su facturación en 2021. La mayor parte de ellas, el 37%, vio crecer sus ingresos entre un 10 y un 20%. Además, una cuarta parte consiguió estabilizar la caída de su facturación. Sin embargo, los datos del informe en 2022 no son tan positivos. La previsión del negocio al cierre de este ejercicio está muy alterada por la incertidumbre global. Las compañías encuestadas se dividen en partes iguales entre las que esperan mejorar, igualar e ir a peor en su facturación. Los más pesimistas son los concesionarios, con un 51,8% de previsión a la baja. En el otro extremo, los fabricantes, que en un 60% esperan mejorar sus cifras.
El clima de mayor optimismo se observa en las empresas de nueva movilidad, como los fabricantes de vehículos eléctricos. El 100% espera aumentar su negocio durante los próximos años y la mitad cree que lo hará al ritmo de mejora de 2022.
Si consideramos el tamaño de las empresas consultadas, el informe revela que las más optimistas son las grandes. El 60% prevé una mayor facturación frente al pesimismo de las pequeñas, que en un 45,8% esperan empeorar sus números. Tampoco éstas tienen claro si podrán ser o no beneficiadas por los fondos Next Generation de la Unión Europea, que a pesar de estar dinamizando el sector y alcanzar al 21% de las empresas, casi la mitad reconoce que no sabe si tendrá acceso en alguno de sus proyectos.
Maroto celebró que el barómetro hubiera generado debate y destacó la falta de componentes y la guerra de Ucrania como los principales problemas a los que se enfrenta la industria. Recordó que la mayoría de las dificultades actuales vienen causadas por la pandemia, que en mayor o menor medida restringió la movilidad durante más de un año. También transmitió que desde su Ministerio revisan todas las alegaciones del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica de Microelectrónica y Semiconductores (Perte Chip). Y al cierre de su intervención apostó por la colaboración entre administración y sector privado porque considera que ambos se necesitan.
Retos
Torrent, por su parte, explicó que el sector del automóvil representa una parte importantísima de la economía catalana y española y sintetiza «todos los retos» que acumulan las sociedades occidentales, como la transición ecológica, el 'internet de las cosas' y el cambio en el urbanismo de las ciudades, que a principios del siglo pasado «se entregaron» completamente al vehículo privado.
En esta línea intervino Collboni, para quien a pesar de la importancia del sector, el futuro de la movilidad urbana e interurbana es del transporte público. El líder municipal socialista también afirmó que las nuevas generaciones «no querrán poseer un coche sino usarlo» y en este sentido la industria tiene un reto importante frente una demanda que se prevé en caída.
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