Albert Soler: «Nadie ha perjudicado más a Cataluña que los líderes independentistas»

Soler, firma habitual de 'Diari de Girona' y 'El Periódico', cuenta que un empresario de su Gerona natal -más que empresario, rentista inmobiliario por herencia- le llamó 'botifler0 en las redes sociales: «Le agradecí el cumplido asegurándole que en la Cataluña actual lo único decente que se puede ser es 'botifler'». Equiparar la condición de 'botifler' a la de enemigo de su tierra, le parece contradictorio. «Un enemigo es alguien que perjudica, y nadie ha perjudicado más a Cataluña que los líderes del procés, seguidos por quienes les han mostrado apoyo; esos serían los colaboradores necesarios». La culpa de todo lo malo que le ocurre a 'su' Cataluña, aseguran los nacionalistas, la tiene Madrid: 'Madrit', dicen. Y a la capital de España se fue Soler para desmentir falacias del victimismo tribal.

-¿Qué visión tenía usted de Madrid en su juventud y cómo ha cambiado en este periplo por la Villa y Corte?

-Hice la mili en Madrid en 1985. Tiempos de la Movida, aunque no me enteré de nada. Luego volví de forma esporádica, una final de Copa que jugó el Barça. La ciudad ha cambiado pero la gente no: sigue siendo acogedora, alegre, con ganas de vivir.

-Los voceros del independentismo aseguran que en Madrid se conspira contra Cataluña a jornada completa.

-Según los del «contra Cataluña», todo el mundo conspira. Y no solo en Madrid: los casi ocho mil millones de habitantes del planeta no tienen otra cosa que hacer que putear a los catalanes.

-También dicen que la guerra civil se hizo contra Cataluña…

-Se ve que lo de Franco en Guernica, Cáceres o Madrid era para disimular. El Madrid del 'No pasarán' resistió más tiempo que Barcelona.

-En el peor momento de la mortandad por Covid-19 la fugada Clara Ponsatí tuiteó «de Madrid al cielo».

-Esta señora parece que tiene demencia senil, dice cosas muy raras: de su broma macabra se deducía que en Cataluña se hacían todo muy bien.

-Según la Generalitat, la gestión de la pandemia fue modélica, mientras en Madrid se dejaba morir a los ancianos.

-Cuando viajé a Madrid pensé que me iba a encontrar con montones de cadáveres. Debe de estar todo el mundo muerto, o no se entendería que a los catalanes nos encerraran y a los madrileños no. La gestión de la pandemia fue un desastre, fuera el gobierno español, el catalán y todos los del mundo, como ahora vemos en China. Pero en Madrid se salvó la economía. En Casa Ciriaco ofrecen un plato, la «cazuelita de Ayuso», que es una demostración de agradecimiento. Mientras en Cataluña todo estaba cerrado, en Madrid se podía salir un rato y tomar unas copas con los amigos. No es un tópico, sino una forma de combatir el aislamiento y preservar la salud mental.

-Hablando de tópicos. El catalán, laborioso y pragmático, se cree las cuentas y cuentos de un proceso separatista que provoca la huida de seis mil empresas.

-Las empresas que se marcharon sí que fueron pragmáticas. La inseguridad jurídica no ayuda precisamente. Quienes no fueron pragmáticos fueron los gobernantes catalanes y sus seguidores.

-Toros y 'castellers'.

-No he sido taurófilo. Los toros, decía Camba, es un problema veterinario. La primera vez que los vi fue por San Isidro, desde la «andanada». Mis compañeros de localidad sí que sabían de toros. Me acogieron con cariño y me explicaron las suertes de la corrida. En Cataluña, si queremos ir a sufrir por la integridad de alguien, vamos a ver los 'castellers', o castillos humanos. A falta de toreros que puedan ser corneados, debemos conformarnos con 'enxanetes' -el niño que trepa por estos castillos a diez metros del suelo- que puedan descalabrarse.

-Sant Jordi y Feria del Libro del Retiro.

-En Sant Jordi te juegas todo a una sola jornada: se compran libros, la mayoría mediáticos, porque toca. En Madrid, con más días de margen, la gente compra los libros que de verdad le gustan.

-Ayuso versus Aragonés

-De Ayuso no digo lo que pienso porque lo leería mi señora. Aragonés es un niño, física e intelectualmente. Comparado con Puigdemont o Torra es el menos malo. Aunque… era difícil hacerlo peor.

-No todo son diferencias. La extrema izquierda podemita es intercambiable en Madrid y Barcelona. Montero, Colau…

-Monjas puritanas. La nueva Sección Femenina. Detesto la gilipollez.