Con este acuerdo, el hombre ha reconocido el escrito de acusación del fiscal, que expone que la medianoche del 4 al 5 de enero de 2020 fue a casa del agente (sin saber que era mosso) acompañado de tres hombres más, aprovechándose de que el anfitrión estaría desprevenido porque estaba en su propia casa y creía que esperaba a una cita.
Al entrar, lo inmovilizaron en el sofá y lo tuvieron retenido durante unas cuatro horas, y mientras tanto le quitaron la cartera, las llaves de casa, del coche y del garaje, y le amenazaron para obligarlo a hacer transferencias desde el móvil con un total de 33.550 euros, aunque no llegaron a hacerse efectivas.
Registraron la casa y en un armario encontraron el uniformo de mosso, ante lo que lanzaron «desprecios a su profesión y orientación sexual». También lo ataron a una silla con una toalla, y con un cuchillo de cocina lo amedrentaron pasándoselo por el cuello, el pecho y la cara mientras le pedían más dinero y le decían: «Te voy a rajar el cuello si no me das la pasta».
Le desataron antes de irse, y se llevaron varias prendas de ropa, un reloj de marca, un chaleco antibalas, la cartera del agente, un iphone, un chaleco Steadycam y el uniforme del agente. De los otros tres sospechosos que entraron al piso, uno no llegó a ser identificado, otro era menor y el tercero ha muerto mientras se investigaba el caso.
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