Vox se hace su particular 'harakiri' a las puertas de las elecciones autonómicas
La dimisión de García-Gallardo abre la crisis más profunda del partido de Santiago Abascal en Castilla y León
El nuevo portavoz de Vox en las Cortes de Castilla y León avisa: «El único líder es Abascal»
Juan García-Gallardo registra su renuncia a sus cargos en las Cortes de Castilla y León
Forma de suicidio ritual japonés consistente en abrirse el vientre». Así define la RAE (Real Academia Española) lo que significa la palabra 'harakiri', y lo que en términos políticos se estarían aplicando a sí mismos en Vox en Castilla y León. Y es que desde ... su interior han comenzado a desangrarse ellos mismos, sin necesidad de que nadie abra la herida que comenzaba a supurar oficialmente el viernes, con la expulsión de dos de sus trece procuradores en las Cortes: Ana Rosa Hernando y Javier Teira. Y ayer la hemorragia iba a más con el portazo de su máxima figura visible y portavoz en las Cortes desde el pasado verano, Juan García-Gallardo. Quien fuera vicepresidente de la Junta hasta que en julio los de Santiago Abascal rompieron relaciones y gobiernos de coalición con el PP en las autonomías, reconoció que la renuncia a sus cargos -aunque se queda como «afiliado raso»- se debe a «discrepancias» con decisiones de la dirección del partido. Esa misma formación que ha defendido en este tiempo con vehemencia y la misma que en enero de 2022, a un mes de las elecciones autonómicas adelantadas, le aupaba como candidato de un emergente Vox.
Joven abogado burgalés, desconocido en la política, y a quien según Abascal en la misma noche electoral se le estaba «poniendo cara de vicepresidente». Lo llegó a ser y en menos de tres años ha pasado de ese histórico debut al adiós sin terminar un mandato al frente de un partido que en ese mismo tiempo ha transitado del poder a la oposición y hasta el desgajamiento interno.
La marcha de García-Gallardo y la expulsión de su paisana Ana Rosa Hernando y el salmantino Javier Teira -que han rechazado, al menos de momento, renunciar al acta y pasarán al grupo de no adscritos una vez que su obligada salida se registró ayer por la tarde de forma oficial con la firma del nuevo portavoz - ha permitido aflorar que en el seno de un bloque que presumía de unidad, la argamasa que los unía no era tan fuerte y también había diferencias.
Por si a alguno más se le ocurre levantar la voz, ayer el ya nuevo portavoz parlamentario designado desde Madrid, David Hierro, lo dejó claro: «No existe líder de Vox en Castilla y León. El líder de Vox en Castilla y León, en Murcia, en Cataluña, en Andalucía, se llama Santiago Abascal. Porque Vox es un partido nacional que no tiene ni baronías ni acepta chantajes ni de fuera ni de dentro». Y marcó distancias con sus predecesor, asegurando que no veía «lógico» que no firmase la expulsión de los que consideró «tránsfugas», informa Ep.Salir del Gobierno de coalición en el que Vox tenía tres de las diez consejerías y la vicepresidencia que precisamente ostentaba García-Gallardo ya creó las primeras fricciones. Fue «otra de las decisiones unilaterales del partido», cuestionó ayer Ana Rosa Hernando. «Yo entré en un Vox que no es en el que estoy ahora», censuró desde los propios pasillos del Parlamento autonómico, donde cargó contra su expulsión: «Nos han cortado la cabeza por pedir democracia, por pedir voz».
Unas diferencias que han explotado en un momento clave, prácticamente en vísperas de las próximas elecciones autonómicas, que en principio deberán celebrarse en febrero de 2026, cumplidos los cuatro año de las anteriores. Esa cita de 2022 en la que Vox salió con tal fuerza que el bloque del desconocido García-Gallardo se convirtió en decisivo. Con el 17,64 por ciento de los votos -214.668 sufragios-, los trece parlamentarios de Vox sumaron la fuerza suficiente para ser determinantes y estrenarse en labores de gobierno. Apenas dos años les duró. Y cuando se van a cumplir tres de esos comicios que los catapultaron, la que es la tercera formación en el Parlamento se queda con dos menos y su cabeza visible, autoborrada de la vida política. Así, Javier Teira y Ana Rosa Hernando sustentarán una de las 'patas' de lo que fue Vox. Pasarán al fondo del hemiciclo como no adscritos. En el grueso, tiempo de reconfiguración con David Hierro como portavoz, y la cara nueva de Isabel Pérez en sustitución también de García-Gallardo como procuradora.
En el plato 'positivo' de esa balanza, que todavía conservan la Presidencia de las Cortes. Como segunda autoridad de la Comunidad continúa Carlos Pollán, presidente de la Cámara en virtud del acuerdo con el PP que saltó por los aires, pero que no se llevó al leonés por delante. «En política ya no sorprende nada», valoró ayer sobre la salida de García-Gallardo quien se ha quedado como el hombre fuerte de Vox en Castilla y León, al menos el que ostenta el mayor cargo. «Es una decisión personal que hay que respetar», consideró Pollán, quien aprovechó para pedir a sus ya excompañeros de filas que dejen su acta. «Le deseo toda la suerte del mundo en su actividad profesional. Cada uno es muy libre de elegir el momento de tomar sus decisiones; él ha decidido que es éste, porque no comparte las decisiones y lo que él considera que hace la dirección del partido», añadió en declaraciones recogidas por Ical en Astorga (León).
Si bien la crisis en los últimos días no es la única que ha vivido Vox en Castilla y León en los últimos tiempos -ya en las provincias también ha habido salidas y expulsiones de las siglas del partido de Abascal- sí es la más aguda y en un momento clave. Llega con el cronómetro para las elecciones en marcha y el adiós de quien era su cara más visible.