Suárez-Quiñones asume una «nueva realidad»: «Un escenario futuro sin fuegos catastróficos no es contemplable»
La Junta impulsará planes de defensa y autoprotección de los municipios en zonas «de alto riesgo»
Apunta a «alternativas» en la gestión para las que reclama unidad al resto de partidos
El consejero de Medio Ambiente, José Antonio Suárez-Quiñones
«Cada vez tenemos incendios forestales más devastadores y más difíciles de controlar, cada vez más exceden la capacidad de control en momentos de su desarrollo, lo que supone una amenaza directa no sólo para el medio natural sino también para la vida e integridad ... de las personas». Es el «nuevo escenario» con el que en el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, definió ayer la devastadora campaña de este 2022 que atribuyó a unas condiciones meteorológicas extremas ante las que asumió que hay que trazar «alternativas». Abogo, así, por «aprender a vivir con el fuego y a saber autodefenderse» de las llamas. Para ello, pidió colaboración aludiendo al «todos contra el fuego» que rezaba el eslogan de Icona de hace décadas. «Es un problema global que exige medidas globales» en la «mejora y ampliación de los medios, la coordinación y la planificación», señaló.
Sus palabras se habían hecho esperar. Desde que hace más de un mes se declarara el fuego en la Sierra de la Culebra, la oposición urgía su comparecencia en las Cortes, que vista la evolución de la campaña de incendios se hizo ayer extensiva a los principales fuegos que han asolado la Comunidad. Su virulencia y afección sobre el terreno, sin autocrítica, la acotó en esa una «nueva realidad» que reconoció que ya se hizo sentir en el pasado verano con el incendio de Navalacruz, que se ha recrudecido en este 2022 y que llegaría de la mano del cambio climático. «No se trata de poner excusas sino de afrontar una realidad», insistió. La misma vendría marcada por olas de calor frecuentes y prolongadas, sequías acumuladas causadas por la escasez de lluvias y baja humedad de un terreno con una abundante vegetación muy seca, que «están generando incendios mucho más rápidos en su propagación y de una virulencia nunca vista» -en la Sierra de la Culebra avanzaron a un ritmo de hasta 1.200 hectáreas a la hora-. Teniendo en cuenta que estas condiciones «no son una excepción, sino una tendencia creciente», un «escenario futuro sin fuego no es contemplable. Ni siquiera sin fuegos catastróficos. Pero sí podemos trabajar en reducir su frecuencia y en acotar su gravedad», aseguró.
El "reto más complejo"
El «reto», dijo, «es el más complejo, para el que el mundo aún no ha encontrado soluciones realmente satisfactorias». La suya pasa por actuar sobre el operativo, atendiendo a parte de las peticiones planteadas en el Diálogo Social (mejoras laborales, formación, puestos de respiro para los mayores y una mayor continuidad de las brigadas todo el año), un modelo forestal con paisajes «más resilientes», la apuesta por la ganadería extensiva para mantener el campo más despejado de combustible y planes de «defensa» en «zonas forestales de alto riesgo e incendios».
En zonas rurales, «el despoblamiento y el abandono agrario es patente», señaló. «En muchas ocasiones, los pueblos y sus entornos, ese interfaz urbano-forestal no está suficientemente mantenido y limpio, y eso supone un riesgo para el propio pueblo, pero además condiciona la extinción del incendio al tener que dedicar importantes recursos a la defensa de los municipios en lugar de a la extinción del incendio forestal», aseguró para anunciar que se impulsará la puesta en marcha por parte las localidades, «con el apoyo público necesario», de planes de prevención. «Que sea su competencia no quiere decir que no sea de nuestra incumbencia», aseveró para cuantificar en 6,5 millones el presupuesto que se pondrá disposición en esta iniciativa con fondos europeos. Además, también se prevé el mantenimiento de franjas de seguridad en infraestructuras básicas (carreteras, vías férreas, redes de energía...)
En cuanto al modelo forestal señaló que el crecimiento de la masa arbolada debe «ir acompañado del incremento de la planificación, de otros usos complementarios y de la gestión selvícola necesaria». No obstante, rechazó «gastar cantidades desmesuradas, de las que no disponemos, en intentar que nuestros montes aparenten ser jardines, sino afianzar un sector forestal que aproveche los múltiples recursos de nuestros montes», defendió.
Además, abogó por la concienciación ciudadana sobre la base de que una inmensa mayoría de los fuegos forestales son históricamente causados por la mano del hombre. «Que en una situación como la vivida estos días atrás, mientras ardían Monsagro y Losacio tuviéramos nuevos incendios en Figueruela o en Cebreros, presumiblemente intencionado el primero y negligente, por una colilla, el segundo, es algo que resulta difícil de creer y en todo caso intolerable». No obstante, destaca en este particular 2022, en el que se ha impuesto el «nuevo escenario», cómo de las 72.000 hectáreas que han ardido ya en Castilla y León, 65.000 se circunscriben a fuegos originados por rayos.
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