Un acuerdo muy peligroso

Las deudas hay que pagarlas y ha llegado el momento en el que ERC exige a Sánchez la financiación singular para Cataluña. Lo que se ha hecho es un reconocimiento de la situación, porque en el acuerdo no hay nada concreto, ni cifras, ni aclaración de conceptos, ni nada de nada, sólo que el Gobierno Central reconoce que Cataluña tiene derecho a un trato especial, lo que rechazan el resto de las comunidades del sistema común, todas. Y por ello alzan la voz también las gobernadas por el PSOE. Por eso no se entiende muy bien que aquí el PSOE comprenda un sistema pedido por nacionalistas separatistas y volcado en el beneficio exclusivo de su territorio, y que lo acepte con tanta mansedumbre, supeditando la necesidad que tiene su jefe para mantenerse a los intereses de la comunidad.

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PUNTO DE VISTA

Hechos

Luis Jaramillo

Hoy parece evidente que el camino que debe emprender la reforma tendrá muchos obstáculos, desde el Consejo de Política Fiscal, hasta la suma de una mayoría en el Congreso para cambiar tres leyes, porque el clamor contra lo que se pretende es general y parece que los votos no dan. Pero sería un grave error confiarse, porque la ley de amnistía se hizo con un nivel de contestación muy alto y al final ahí la tenemos. Pedro Sánchez es un experto en la supervivencia y hoy una mayoría de españoles tenemos muy claro que hará lo que haga falta para estar en el poder, aunque ello signifique hacer daño a la nación, romper todas las vías de acuerdo entre los territorios o cuestionar el futuro de su propio partido, al que ha ligado a su destino y no sobran voces internas que lo ven muy negro.

El sistema de financiación autonómica afecta a todos y con todos debe ser negociado. No encaja la bilateralidad con la multilateralidad del diálogo entre las partes. O una cosa o la otra. El juego de palabras ya no engaña a nadie. Las caretas ya se han caído.