Los líderes políticos de Castilla y León recrudecen sus mensajes ante el 23J

Ayer, además, se dio la circunstancia de que en Castilla y León los máximos responsables de los cuatro principales partidos políticos hicieron campaña la vez. Y fue novedad porque el secretario autonómico de Podemos no había hecho acto de presencia hasta este martes, cuando se cumplió el día doce de los quince habilitados para pedir el voto, justo la jornada después de que también se estrenase su compañera de partido, la ministra Ione Belarra, que participó en un acto público junto a Yolanda Díaz.

Con los cuatro responsables políticos en el ruedo electoral (PP, PSOE, Vox y Sumar), el común denominador fue el de recrudecer los mensajes para descalificar al oponente, entendiendo como tal el situado en el bloque ideológico opuesto o, incluso, aquella opción política hacia la que se fugan sus anteriores votantes. Lo hizo el presidente del PP en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, quien en su primera visita a Ávila en esta campaña y con el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy como invitado 'estrella', destacó la necesidad de «dar carpetazo de una vez por todas al sanchismo» y a «su mala gestión y sus chapuzas», entre las que citó la Ley del Sólo sí es Sí y la rebaja de las penas por malversación y especialmente «para acabar con el desprecio de esta tierra» poniendo como «último ejemplo» la falta de ayudas por la sequía a la cuenca del Duero.

En un acto celebrado en la plaza Adolfo Suárez y en el que, además de Rajoy, intervinieron el presidente de los populares abulenses, Carlos García, y el cabeza de lista al Congreso por la provincia, Héctor Palencia, Mañueco, que agradeció «el cariño, los sabios consejos y el compromiso con esta tierra» del político gallego, consideró que su partido está «dando el callo» y confió «en llenar las urnas con los votos del PP». Sin embargo, alertó de nuevo de que «caer en un exceso de confianza» supondría «resucitar» a Sánchez, por lo que concluyó afirmando que «el trabajo no está hecho».

En referencia a la candidatura local Por Ávila como ya había hecho el día anterior respecto a Soria ¡Ya!, señaló que apoyar a fuerzas «que no tienen posibilidad de representación es tirar el voto en saco roto», por lo que llamó a ser un partido «capaz de abrazar a todos, que concite a derecha, izquierda y centro» y que «atraiga a los que apoyaron en su día al PP y los desencantados del PSOE con Sánchez».

También eligió ayer Ávila, el secretario autonómico del PSOE, Luis Tudanca, quien se desplazó hasta la localidad de Arévalo en la que fue su primera parada en esta provincia, donde los actos públicos de los socialistas han sido muy escasos después de que la dirección nacional del partido impusiese al cabeza de lista al Congreso, Manuel Arribas. En el municipio abulense, en el que recorrió el mercadillo de los martes, Tudanca denunció que «es el PP el que ha permitido que la extrema derecha entre a sangre y fuego en nuestras instituciones» y cargó contra el «experimento» que representa el Gobierno de coalición entre PP y Vox en la Junta, que podría repetirse a nivel nacional, con Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal en el gobierno. El dirigente socialista trasladó que «la Junta y Vox han abandonado a la gente del campo, como han abandonado a los trabajadores, a los pensionistas, a la sanidad y, especialmente, al medio rural», informa Ical. «La gente de Ávila sabe que sólo pueden contar con el Gobierno de España para que les ayude», señaló Tudanca, por lo que advirtió del «peligro» que podría suponer un gobierno del PP tras las elecciones, ya que ha permitido «la entrada de la extrema derecha en las instituciones». «Ha metido al zorro a cuidar de las gallinas», clamó, al tiempo que alerto del «riesgo» que supondría para los avances alcanzados en los últimos cuarenta años.

Sin embargo, uno de los partidos aludidos, Vox, tiene una interpretación de la realidad radicalmente opuesta. Su líder en la Comunidad, el también vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, se lanzó, precisamente, contra su socio de Gobierno en Castilla y León, el PP, conscientes como son a estas alturas en la formación de Abascal de que, a tenor de las encuestas, la fuga de votos se está produciendo hacia la opción de Alberto Núñez Feijóo. Así que Gallardo, que ayer estuvo en la localidad zamorana de Toro, se dirigió precisamente a él para, con ironía, agradecerle su «claridad» al pedir que gobierne la lista más votada. «Cualquier votante que el 23 de julio vaya a depositar su voto en la urna sabe que el señor Feijóo ya ha dicho que está más cerca del PSOE que de Vox, que ha pedido el voto a los antiguos votantes de Podemos, que quiere confraternizar con los nacionalistas del País Vasco y de Cataluña, así que nadie podrá decir que se le ha engañado», señaló.

El dirigente de Vox mantuvo que el presidente del PP «ha sido muy claro con que si el PSOE obtiene un escaño más que el PP se va a abstener para que Sánchez vuelva a ser presidente del Gobierno». «Nosotros, frente a eso, mantenemos nuestra mano tendida para construir una alternativa», añadió. Acompañado por la secretaria nacional de Organización de Vox y número dos al Congreso por Madrid, María Ruiz, Gallardo también se dirigió al otro lado del espectro político para apuntar que el próximo 23 de julio, «decidimos si sustituimos al Gobierno de la división, del enfrentamiento y de la ruina», por lo que pidió para Vox el voto de «la España pisoteada por los grandes partidos».

El cuarto en discordia fue Pablo Fernández, que eligió Segovia para su reaparición y para mostrar su apoyo a los candidatos de Sumar al Congreso y al Senado por esta provincia. En este escenario, destacó que la coalición es la fuerza «decisiva y determinante», en esta recta final de la campaña, frente «una derecha que sólo sabe mentir y esparcir bulos», con un Núñez Feijóo que «ha demostrado que es un mentiroso y no tiene proyecto de país». Sumar, argumentó Fernández, también frenará «a esa ultraderecha que únicamente quiere recortar derechos y libertades».

En definitiva, últimos cartuchos de líderes políticos y candidatos para avanzar hacia el 23 de julio, jornada en la que están convocadas a las urnas en Castilla y León un total de 2.083.717 electores, de los cuales 71.744 lo harán por primera vez, aunque la Comunidad ha perdido 28.157 votantes con respecto a las generales de 2019. Con 13.581 mesas electorales distribuidas por todo el territorio autonómico, el dispositivo para que la jornada se desarrolle con total normalidad estará formado por 55.000 personas, de las cuales 8.500 corresponden a efectivos los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado (3.110 policías nacionales, 4.591 guardias civiles y 782 agentes locales).