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buenos días, vietnam

Las lágrimas de la reina

Que a Sofía se le escapen las lágrimas en público, cuando a ella nunca se le escapó nada, le hace a uno estremecerse

Hacia lo salvaje

efe
Guillermo Garabito

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Ver llorar a una reina debería preocupar más a un país que el desplome de la Bolsa. Sobre todo si las lágrimas son de Sofía, aquella reina nuestra de una España que se nos escapa a borbotones. España, guapa y feliz, en la que ... todos éramos críos y ella estaba igual, como una tía abuela recta y lejana que –como el DNI– tenía cada uno por el hecho de ser español. Reina de cuando sus majestades todavía reinaban. Mientras aquí todo se aceleraba –la economía, Europa, la prensa, las amantes–, ella seguía a lo suyo porque los países se levantan despacio. Y su saber estar es lo que nos ponía a todos en nuestro sitio, aunque nunca hubiésemos reparado en ello.

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