EL OTERO
Se vende
Hoy, tener una tienda es una proeza. Ofrecer un servicio directo al cliente minorista, una aventura equinoccial
La baja
Pensamiento circular
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Iniciar sesiónSe la juegan. Digo, no Sánchez & Asociados. Se la juegan los comerciantes minoristas de nuestra región. Sí, esos de las tiendas de las ciudades, los comercios que dieron lugar a las urbes en sí en la civilización europea y que llevan una racha, desde el ... covid, de dientes de sierra bastante incierta. A ver si, de cuando en cuando, en lugar de mirar tanto a la señora Nogueras y al señor Rufián de nuestras entretelas, prestamos atención a aquellos que, de verdad de la buena, se la juegan cuando levantan la persiana por la mañana, a la espera de que vengan los clientes.
La partida se disputa a partir de estos días en las estribaciones del Black Friday, esa americanada en la que todos hemos caído como pichones y que, a decir de sus detractores, sirve para: a) propiciar grandes ventas de las plataformas de e-commerce con productos no necesariamente rebajados (Conferco asegura que la mayoría de los precios supuestamente rebajados son un trampantojo); b) deflactar la campaña de Navidad, cojituerta desde que importamos esta modalidad, y c) imposibilitar a los pequeños competir entre tanta ballena. El 'viernes negro' se ha desnaturalizado.
Todo indica que, desde la pandemia, la gente gasta más en viajar y comer fuera de casa, y que se compran menos cosas fungibles: pantalones, zapatos, bolsos… La tormenta perfecta se cierne sobre un sector de ventas urbanas minoristas al que le queda poco margen, atrapado entre franquicias, plataformas, especulación de los costes de los establecimientos y la descapitalización urbana de las ciudades. Hoy, tener una tienda es una proeza. Ofrecer un servicio directo al cliente minorista, una aventura equinoccial.
Rechace imitaciones: quienes de verdad se la juegan en las próximas semanas son los que tienen que afrontar las ventas de una Navidad decisiva, tras un Black Friday dilutivo y un año de luces y sombras. Por eso conviene recordar que nuestras tiendas, el comercio, son el caballete sobre el que se asientan muchas familias y muchos entramados sociales: la luz del escaparate al otro lado de la calle, el bullicio de los clientes y, sensu contrario, la desazón del escaparate vacío de una tienda cerrada detrás de un cartel en letras grandes: 'Se traspasa negocio'.
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