VÍA PULCRHITUDINIS

Argüello Vs Bartlet

A quien necesitamos para dirigir las cosas no es a gente normal, es a gente buena, con altura de miras y si les gusta el fútbol pues miel sobre hojuelas

Huir

Oclocracia

T. SIEIRA

Una de las series más geniales de la televisión es, sin duda, 'El ala oeste de la Casa Blanca'. Aaron Sorkin trajo al mundo esta genialidad protagonizada por Martin Sheen en el papel de Josiah Bartlet como presidente de los Estados Unidos. El carismático protagonista ... vive una eterna contradicción durante la trama al tener que elegir constantemente entre ser un político al uso, cercano, campechano… o dejar traslucir la genialidad, profundidad y solidez intelectual de todo un premio Nobel. El triunfo de lo excelente frente a lo chabacano, la victoria del conocimiento profundo frente al populismo vacuo.

La semana pasada D. Luis Argüello, arzobispo de Valladolid, castellano viejo de Meneses de Campos y una de las voces mas serenas y respetadas del pensamiento actual entre los católicos y, también, entre la curia fue elegido presidente de la Conferencia Episcopal Española. Fue elegido y no nombrado como intentan deslizar permanentemente quienes ahora tildan de conservador a quien corrió ante los grises cuando tocaba y, al mismo tiempo y con toda la coherencia del mundo, es capaz de denunciar la deriva moral de la sociedad en la que vivimos.

D. Luis tiene ahora ante si la disyuntiva de ser Argüello en estado puro con su altura intelectual y su profundidad espiritual o dejarse llevar por los vientos de la cohorte del foro, plagada de asesores y de gentes que entienden que es mejor ser 'YouTuber' que un presidente con motivos profundos para serlo. Argüello como Bartlet inician ahora más que nunca su lucha para que el liderazgo sea ocupado por quien merece hacerlo o morir de éxito. Martín Sheen en la serie resultó reelegido como presidente pese a cometer grandiosos errores pero sin renunciar nunca a su esencia. Enhorabuena al nuevo presidente de la Conferencia Episcopal y suerte en el desempeño de sus funciones porque que a él le vaya bien supondrá que alguien más estará dispuesto a hacer cosas por los demás independientemente de su condición de católico o no. Como dice D. Luis, para ser madridista tienen que existir los culés y eso hace grandes a ambos. Esto último puede sonar a tipo normal pero no se engañen, a quien necesitamos para dirigir las cosas no es a gente normal, es a gente buena, con altura de miras y si les gusta el fútbol pues miel sobre hojuelas. Vir bonus, dicendi peritus.

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