via pulcrhitudinis
Oclocracia
El pobre Polibio ahora no tendría más remedio que renunciar a términos ampulosos y se vería forzado a tuitear, «menuda banda»
Liderazgo
Un campo de cine
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Iniciar sesiónUna de las frases más recurrentes en un bar cuando se habla de política es aquella de «si me dejaran a mi». El mismo interlocutor, por cierto, suele cerrar la ronda de chatos con otra sentencia igual de fatalista referida al equipo de fútbol de ... su pueblo, «lo que pasa es que estos no sienten los colores». Al salir del bar el mundo sigue, continúa como si nada y todos regresan a su casa convencidos de la torpeza de gobernantes y centrocampistas.
Una vez en casa y con la sopa a medio terminar aparece Yolanda Díaz en el telediario articulando los argumentos anteriores mientras el resto del arco parlamentario se muerde la lengua porque a nadie se le ha ocurrido que proclamando semejante estupidez la gente de los bares se vería reflejada en los rizos imposibles de una candidata que imita la voz de Heidi sin importar si habla de corrupción política, de invadir Israel o de planchar camisas con los puños raídos y los cuellos dados la vuelta. Es la mayoría social la que hace los coros y los partidos políticos se arriman para proclamar que ellos te darán aún más y, si hace falta, lo harán imitando a Pedro o a Niebla para ganarse el favor de los animalistas.
Sánchez, Feijóo, Abascal y hasta Puigdemont se lanzan entonces ferozmente a controlar el relato para ganar el favor de las encuestas. Acaban de cambiar democracia por oclocracia y lo peor de todo es que nosotros compramos la proclama calculando cuánto nos vamos a ahorrar en el Impuesto de Sociedades o si, con un poco de suerte, nos darán un piso de protección oficial. En el salón de nuestra casa todos tenemos mayoría absoluta, que nadie venga a rebatir que tenemos razón y si no le enseñamos la cartilla del banco para demostrarlo.
Citas y términos griegos para incluir en una columna hay cientos y con ellos puedes defender lo mismo y lo contrario. Es curioso el de 'oclocracia' que Polibio acuñó alrededor del año 200 a.c. El palabro ya advertía entonces del riesgo de ser gobernados por la muchedumbre en lugar de por el pueblo soberano. El pobre Polibio ahora no tendría más remedio que renunciar a términos ampulosos y se vería forzado a tuitear, «menuda banda». No se engañen, la mayoría social de Yolanda Díaz, rica o pobre, habría hecho lo mismo que Koldo con las mascarillas.
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