Dar lustre a lo ilustre
El Palacio Real de Valladolid conmemora con varias exposiciones los 500 años de un edificio cuyo valor y peso histórico trata de dar a conocer
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Iniciar sesiónContar con un palacio adecuado para alojar a los Reyes en sus visitas a Valladolid. Fue el sueño con el que Francisco de los Cobos, comendador Mayor de León y secretario de Carlos I, junto a su esposa, María Mendoza, se embarcaron hace ahora quinientos ... años en un ambicioso proyecto. Y ahí nació, sin ellos saberlo, el Palacio Real, al que ahora, con motivo de su V centenario, sus actuales moradores, la Jefatura de la IV Subinspección General del Ejército de Tierra, se han empeñado en dar a conocer. Dar lustre a un ilustre lugar que a lo largo de los siglos ha sido casa de nobles, centro de operaciones en contiendas bélicas, sede de distintas unidades del Ejército de Tierra que lo comenzó a ocupar en 1876, audiencia, oficina de Hacienda y casa y cuna real.
No en vano, el sueño de Francisco de los Cobos y María de Mendoza de levantar un espacio al nivel de la realeza no sólo se hizo realidad, sino que, aunque ellos no lo llegaron a ver y sus herederos habían vendido la propiedad, su morada llegó a ser sede de la Corte, cuando en 1601 Felipe III la trasladó a Valladolid. El lugar elegido, precisamente ese gran edificio que incluía hasta siete patios e iglesia que compró al Duque de Lerma y convirtió en Palacio Real. Y allí, cinco años después, el 8 de abril de 1605, Viernes Santo, nacía el futuro rey Felipe IV. Una placa a la entrada recuerda la efemérides de un lugar con tanta historia como casi desconocimiento. Hasta el monarca ordenó suspender la Semana Santa para que ningún acto eclipsara el alumbramiento del primogénito de Felipe III y Margarita de Austria.
El emperador Carlos V, Felipe II -que vio aquí nacer a su hijo el infante Carlos y morir a su primera mujer-, Santa Teresa de Jesús, Diego Velázquez, Carlos II -que se casó en 1690 con Mariana de Neoburgo en la iglesia del Convento de San Diego, entonces dentro del conjunto palaciego-, Napoleón -durante once días Valladolid fue capital oficiosa de su imperio-, Lord Wellington o José Bonaparte son algunos de los personajes ilustres que han pasado por estas dependencias.
La sala histórica teniente general Veguillas -asesinado por ETA en Madrid en 1994- hace un repaso de la historia por los personajes a los que el Palacio Real ha servicio de morada. Junto a ellos, unos paneles narran el devenir de los acontecimientos y detalles de la época, justo enfrente de los uniformes de cada momento -la mayoría originales- y acompañados de utensilios que los militares usaban en las campaña, armas... Una sala inaugurada en 2016 a la que ahora se suman, también de forma permanente, las que hacen un repaso por las banderas históricas de los últimos 500 años, los de existencia del Palacio Real. Desde la imperial de Carlos I de España y V de Alemania hasta la actual. «Se han puesto todas aquellas banderas, constitucionales y no, que han tenido un componente histórico a lo largo de los 500 años de vida del Palacio», destacó en su inauguración el general César García del Castillo. Banderas, estandartes y pendones, con los que se quiere «dar a conocer la historia» de la enseña, muy desconocida», así como su «importancia», destaca el coronel Carlos Hidalgo, comisario de la muestra y quien desgrana con pasión los detalles.
Banderas, un «símbolo»
«Decir quiénes eran, dónde están y qué se defendía», los usos históricos de un «símbolo» que en tiempos pretéritos de contiendas bélicas era todo un «medio de comunicación», que posicionaba, indicaba movimientos y «si perdías la bandera, perdías». «Es un símbolo de país», recalca el coronel, quien destaca también que las banderas sirven para contar la historia: en la de Carlos I su prolijo escudo muestra hasta dónde extendía sus dominios; Carlos II fue quien comenzó a introducir el amarillo y el rojigualda llegó de la mano de Carlos III, aunque sólo para la Marina con el objetivo de distinguir a los barcos. Fue Isabel II quien instauró, por primera vez, hace ahora 180 años, una bandera nacional, haciendo suyos esos colores. De la I República no hay, pues no se llegó a estampar. «Identificas y te identifica», subraya el coronel sobre esta muestra que forma parte de los 40 actos del programa conmemorativo del V Centenario del Palacio Real de Valladolid, a la que en unos días también se sumará otra exposición: 'Vestir a la española'.
«Los ejércitos somos custodios de un gran patrimonio cultural y es una oportunidad inmejorable la conmemoración de este centenario para que la gente conozca este acuartelamiento y, por ende, la historia de España y de las Fuerzas Armadas», destacó el general García del Castillo. Un edificio que, cuando en 1606 el rey traslada de nuevo la Corte a Madrid, fue languideciendo, aunque sigue en pie, eso sí perdiendo parte de una extensión que llegó a ocupar varios palacios. Su protagonismo en la historia sigue ahí y se quiere recuperar aprovechando la conmemoración de los 500 años de la construcción de un Palacio Real que las últimas veces que acogió a los Reyes llegaron de la mano de la celebración del Día de las Fuerzas Armadas en Valladolid en 1984 y 2012.
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