Compartir el «legado» de la experiencia
«Empoderar» a los mayores y que la tecnología atienda a una necesidad real, entre las ventajas de los Grupos de Expertos por Experiencia. ABC participa de una de sus sesiones
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«Sabe más un zorro por viejo que por sabio», dice un conocido refrán castellano. Teniendo muy presente la filosofía del dicho y el «cambio de paradigma» que ha ido ganando terreno en el campo de la sanidad, donde se ha comprobado que las iniciativas ... que se desarrollan son «más eficaces» si se tienen en cuenta las «necesidades y expectativas» de sus usuarios, la Fundación Intras fue pionera en España en poner en marcha los 'Grupos de apoyo por Experiencia'. Lo hizo hace casi ya una década, explica Raquel Losada, directora de Investigación aplicada y conocimiento de la mencionada entidad, que desde hace 30 años se dedica a ofrecer apoyos personalizados a personas con enfermedad metal, deterioro cognitivo u otro tipo de discapacidad o vulnerabilidades.
¿En qué consiste y cuál es su fin? La responsable de Intras lo explica de la siguiente manera: se trata de un grupo de personas mayores que por su trayectoria personal «tienen ese conocimiento y experiencia no formal de lo que es envejecer, de la vivencia de la soledad, así como de los cuidados». De ese bagaje se sirve la entidad para «nutrir» los proyectos que pone en marcha en el ámbito de la I+D+i en todas las fases del ciclo. Es decir, que cuentan con la opinión y sugerencias de estos 'expertos senior' en cada uno de los 'pasos' que tiene el desarrollo de estas iniciativas: desde el lanzamiento de ideas hasta la puesta en marcha de prototipos, el testeo y la validación.
«Trabajamos con ellos desde tres ámbitos: la creación de nuevas tecnologías, la mejora de las tecnologías ya creadas y la elaboración o cocreación de estrategias y metodologías», detalla Sofía Ballesteros. Esta trabajadora social es una de las profesionales de Intras que guía las reuniones de estos grupos de expertos. Nos emplaza para participar en una de ellas un lunes. No siempre son el mismo día de la semana, ni tampoco tienen una periodicidad concreta. Tratan de cuadrar una fecha en la que puedan reunirse el mayor número de participantes. La mayoría reside en la capital vallisoletana, pero otros tantos lo hacen en municipios de la provincia. Para ellos, Intras dispone de un autobús que los acerca hasta la sede que la Fundación tiene en el barrio de Parquesol.
Cómo son reclutados
Isabel Benito, Pedro Barón y María Eugenia Zalama son tres de los 'senior' habituales en estos encuentros, a los que también se suman «profesionales del ámbito sociosanitario y cuidadores informales». A todos ellos han llegado de diferentes maneras, explica Ballesteros: «Algunos participaron con nosotros en otras iniciativas, otros están ligados a la Clínica de la Memoria de Intras». También son 'reclutados' en centros de día.
En esta ocasión, sus aportaciones servirán para el desarrollo del proyecto 'Confortage', en el que están implicadas 29 organizaciones europeas de 16 países y 3.000 pacientes. Tiene por objetivo «investigar y validar soluciones innovadoras para realizar un diagnóstico temprano de la demencia, que en la actualidad no tiene cura, e incluso aproximarnos en la prevención en fases preclínicas», detalla Raquel Losada. Llevan «algo más de un año» de los cuatro que tienen previsto que dure la investigación, por lo que se encuentra en una fase inicial: «Estamos en el momento de idear», aclara la trabajadora social.
En paralelo y dentro también de esta iniciativa, Intras 'pilota' el desarrollo de un sistema de realidad virtual con el que recoger datos que, combinados con unos marcadores clínicos y gracias a la inteligencia artificial, den lugar a un modelo predictivo sobre la citada enfermedad degenerativa.

La sesión a la que asistimos tiene como fin avanzar en la creación de estrategias de aprendizaje social para fomentar la aceptación de las nuevas tecnologías entre los mayores. Sofía Ballesteros lanza las siguientes preguntas a los presentes: ¿Cómo se puede comunicar de manera atractiva una reunión para que la gente vaya? ¿Mediante qué canales? ¿Cómo hacer para que aumente la participación a través de las redes sociales? No tarda en comenzar la lluvia de ideas. Ya tienen experiencia. Llevan años en distintos grupos que se han ido formando.
A Isabel fue una psicóloga de su Centro de Vida Activa quien le propuso participar en el primer encuentro, «aún en plena pandemia». Luego, enlazó un grupo tras otro porque le gustaba. Siempre ha sido «trabajadora de casa» y le encanta pensar que puede «hacer algo más que lavar y planchar. Aquí me siento valorada». Para María Eugenia también es «una satisfacción personal» y, de esta manera, puede llegar a «saber cosas que si no, no conocería». A Pedro, voluntario de Cruz Roja desde hace 15 años, le 'captaron' porque venía a traer a su mujer. Hoy, aunque es de los «novatos», se siente «cómodo» y le «satisface mucho colaborar».

Salen con la impresión de que sus aportaciones dan fruto. María Eugenia pone como ejemplo las mejoras que incorporaron en un andador inteligente y un inodoro dotado con ayudas técnicas desarrolladas en colaboración con Cartif –algunas de estas tecnologías se pudieron ver en la última Feria de Tecnologías de los Cuidados (Fitecu) celebrada en Zamora–. «Cuando termina algún proyecto, suelo preguntar para qué ha servido. Sé que algunas ideas llegan a cuajar y otras no, pero en cualquier caso sí que me siento cocreadora», sostiene.
Esa percepción de que aún son útiles es lo que más aprecian estos expertos 'senior', según una encuesta realizada por la fundación, destaca Raquel Losada: «Ellos nos dicen que aunque hoy en día hay muchas actividades para mayores», en general son más físicas –yoga, pilates, manualidades...–, y echan en falta algo más «intelectual, ser tenidos en cuenta para la solución de problemas». «Nos dicen: 'Yo, hija mía, me he equivocado muchas veces en la vida y de alguna manera lo que quiero en estas sesiones es poder transmitir lo que he aprendido a nivel vital para que vosotros podáis construir soluciones teniendo en cuenta lo que a mí me ha pasado y lo que he visto'», sostiene la responsable de Intras. Y añade: «Dar ese legado es muy valioso para ellos, y tiene en cuenta esa parte que no movilizamos habitualmente de los mayores en la sociedad: la contribución activa a la solución de problemas. Es un aspecto muy mágico de todo el proceso y ellos se sienten muy bien; empoderados».
Con más acierto
Además, añade Sofía Ballesteros a lo expuesto por su compañera: «No sólo tiene valor para la propia persona que participa. También lo tiene para nosotros porque tenemos su perspectiva, su opinión y su punto de vista a la hora de que la tecnología y la metodología llegue al usuario final con más acierto y cubrir una necesidad real; y luego, a nivel económico para las empresas que lo desarrollan tiene mucho potencial, ya que lo está haciendo junto al usuario final; es decir, quien lo va a utilizar, así que no van a errar».
Esta forma de trabajar ha tenido, además, recompensas en forma de tres premios concedidos por sendos proyectos europeos en los que han participado. No obstante, más allá de reconocimientos, participantes y profesionales valoran la relación de amistad que se ha creado entre ellos: «Tengo un grupo de amigos. Me he juntado con gente encantadora y eso me aporta mucho», concluye María Eugenia con el asentimiento de sus compañeros.
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