Que los cuidados a los mayores lleguen a los entornos rurales igual que en las ciudades, reto universal

El primero en tomar la palabra ha sido Ángel Barrera, director de Organizaciones de la recién constituida Red Iberoamericana de Envejecimiento Activo y Saludable, quien ha señalado que el nacimiento de esta agrupación persigue precisamente compartir distintos modelos de atención porque tanto en España como en los países de América Latina existen «realidades muy distintas».

Preguntada Monica Mizuno, directora de Houchikai Corporation y experta en el sistema de cuidados a largo plazo y afrontamiento de la sociedad envejecida de Japón, por cómo llegan en este país a los entornos rurales, ha explicado que allí «se trabaja mucho en comunidad» y «por sectores» para que «un servicio personalizado llegue al lugar más lejano». «Existe un encargado que por sector detecta cómo vive cada ciudadano y cuando ve un adulto mayor con discapacidad ya avanzada que necesita más apoyo se encarga de avisar a los servicios sociales y se comienza a trabajar en red».

Ha detallado que en el país nipón vienen trabajando desde el año 2000 en preparar diferentes sistemas de servicios de cuidados a largo plazo, ya que se prevé que en 2030 el 31 por ciento de la población adulta será mayor.

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«El envejecimiento también es una tarea a lidiar en Singapur», ha reflexionado Mohamed Farouk Bin Mohamed Ismail, director de la División de TI, Innovación y Digitalización de la Agencia para la Atención Integrada de este país, en el que se calcula que en 2030 «una cuarta parte de la población tendrá 60 años o más». Para atenderlos, el país asiático está impulsando los centros de envejecimiento activo y apuesta por tecnología como la 'aplicación saludable 365', donde «todos los ciudadanos de Singapur pueden monitorizar sus datos de salud». Ha subrayado, además, la importante financiación pública destinada a estas políticas.

En este sentido, Mizuno, ha detallado que el Gobierno da un importante apoyo económico para que las instituciones vayan adaptándose a las nuevas tecnologías en los cuidados y que en 2000 ideó la creación de un fondo al que tienen que aportar a partir de los 40 años y cuando se necesitan cuidados pagaría un 10, 20 o 30 por ciento, dependiendo de la capacidad económica, y el resto saldría de ese fondo.

Por otra parte, ha explicado que para combatir la soledad no deseada en pueblos remotos «el vecino está pendiente del que vive en la manzana de atrás». «Es otra cultura bastante admirable», ha reflexionado.

También Escocia está trabajando en futuras leyes para mejorar el cuidado de sus mayores. En este sentido, Kared Hedge, directora ejecutiva adjunta de Scottish Care y representante en la Red de Sitios de Referencia Mundial en Envejecimiento Activo, ha detallado que en este país «uno de los beneficios de vivir en una aldea remota» es que «la comunidad está más unida», aunque también está el problema de que «hay personal menos cualificado». De ahí, la importancia del uso de la tecnología virtual. Asimismo, ha explicado que una experiencia «con mucho éxito» ha sido la monitorización de las llamadas de emergencia.