Las incógnitas tras el crimen de Katia Santamarta, la mujer leonesa que acabó en un pozo

El caso está bajo secreto de sumario y por el momento han sido detenidos dos hombres que podrían estar implicados en su muerte. La detención se produjo en San Justo de la Vega, otro municipio leonés situado a algo más de 60 kilómetros de lo que pudo ser el escenario del crimen.

Los sujetos, dos individuos de nacionalidad portuguesa que residían con la víctima en el momento de su desaparición, estaban ilocalizables desde que las vecinas del municipio echaron en falta a Katia y comenzó la búsqueda.

Las alertas se dispararon el viernes por la noche, al constatarse que la víctima no había acudido a su lugar de trabajo, un bar en Mansillas de las Mulas. Los sujetos detenidos se estaban haciendo pasar por peregrinos cuando fueron interceptados por la Guardia Civil, cerca del puente del río Tuerto, en otra localidad a los pies del Camino de Santiago.

Y es que era frecuente que esta mujer, muy querida en Reliegos, acogiera a caminantes en dirección a Santiago de Compostela. En ocasiones también voluntarios y otras personas que alojaba en su casa de forma ocasional y temporal y que a cambio de su acogida le ayudaban en 'La Huertina de Reliegos', un espacio de agricultura ecológica en el que plantaba tomates, lechugas, zanahorias, pimientos del padrón y otro hortalizas que se dan en esta zona, donde es habitual los cultivos de regadío. Luego, vendía la cosecha con frecuencia en el Mercado Ecológico del Palacio del Conde Luna de la capital leonesa. De hecho, su buen hacer con la huerta le había valido algún que otro premio en certámenes de la comarca.

El trágico desenlace de Katia ha llenado de preocupación y desasosiego a este municipio de apenas 200 habitantes, que respiró algo más tranquilo tras la detención de los mencionados dos individuos, ha confesado el alcalde de la Junta Vecinal de Reliegos, Ignacio Casado, que insistía en que «Katia no tenía enemigos conocidos y se llevaba bien con todo el mundo». Aún así, sí que había habido comentarios en el municipio de que sus dos últimos inquilinos «no daban buena espina».

Durante la batida organizada el sábado por los vecinos para tratar de localizar a la víctima, lo primero que encontraron fue su vehículo. Se encontraba «aproximadamente» a un kilómetro de su casa, «al borde de una finca que ella labraba». Estaba abierto y con un móvil en su interior que no era suyo, describía el pasado domingo el subdelegado del Gobierno en la provincia. Faustino Álvarez.

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Por el momento estos dos detenidos se encuentra den dependencias policiales a la espera de pasar a disposición judicial. Este martes pasado, Día de Santiago y por ese motivo fiesta en toda Castilla y León, la Guardia Civil estuvo con ellos en la casa en la que Katia les había hospedado, precintada desde el pasado domingo, con el fin de tratar de reconstruir los hechos. También pasó por allí el pasado lunes su único hijo, que actualmente vive en Navarra, para recoger algunos de sus enseres y el perro.

A los vecinos aún les cuesta digerir lo ocurrido con su querida Katia. Esperan la declaración de los detenidos pueda arrojar algo de luz a un caso que ha conmocionado a la tranquila comarca, alterada también estos días por la numerosa presencia de medios de comunicación.