Una 'C' de Carbonero, la cicatriz en el rostro de la cogida que ha acompañado a El Juli toda su carrera
El todavía novillero fue empitonado en la localidad segoviana durante un festejo en 1998 poco antes de tomar la alternativa
El Juli anuncia su adiós a los ruedos tras 25 años en la cima del toreo
Valladolid
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Iniciar sesiónAún no había cumplido la mayoría de edad. No llegaba ni a los 16 años cuando Julian López, ya 'El Juli' arrancaba su exitosa carrera en los ruedos de los que ahora anuncia que se retira tras 25 años de éxitos Y ... también cornadas. Muchas. Entre ellas, una imposible de olvidar, ni para él ni para los aficionados. Fue, además, de las primeras. Un cuarto de siglo en el albero y un cuarto de siglo de la marca en su rostro.
Una cicatriz que siempre le ha acompañado y dibujado una marca inconfundible en su siempre cara de adolescente ahora que va camino de los 41 años.
Era todavía novillero. Procedente de México, donde debutó como novillero, y a punto de tomar la alternativa en Nimes (Francia) se medía a un astado de Salustiano Galache en la plaza de Carbonero el Mayor (Segovia). Fue en su segundo y sexto de la tarde en un cartel que ese 6 de septiembre de 1998 compartía con López Chaves y Víctor de la Serna.
Desde las tablas, El Julio llevó al novillo al centro de la plaza. Con la muleta ya en la mano y palpando el estoque, estaba preparando al toro para entrar a matar. «Juli, por ahí no, que te coge», recuerda Santiago Rubio, un aficionado que estaba ese día en la plaza portátil de Carbonero el Mayor, que le dijo un picador veterano al entonces novillero. «¡Y le cogió!», rememora 25 años después Santiago de ese día que no olvidan en Carbonero.
Él estaba en el callejón y vio cómo el novillo empitonaba al jovencísimo Juli, a quien ha visto torear en más ocasiones. Ese día, de malva y oro, la sangre tiñó su rostro y lo dejó marcado para siempre. Una cogida en principio leve, pero que le dejó una marca imborrable. A la altura de la mandíbula, a la izquierda de su cara, la cicatriz perenne en forma de 'C'. Una 'C' de Carbonero el Mayor que siempre ha acompañado a El Juli, recuerdan en esta localidad con gran afición taurina.
Recuerdos
Una de esas cornadas de espejo, de las que cada día al levantarse y ver el reflejo recuerdan que un toro lo empitonó. De esas que tan poco gustan a los toreros. Quizá por eso, recuerda Santiago, estando con la peña taurina en la Feria de Quito (Ecuador), el mozo de espadas del ya por entonces matador le comentó «Julián, estos señores son de Carbonero el Mayor, donde te cogió». «Nos miró mal», recuerda este gran aficionado a la Fiesta de ese día al otro lado del charco en el que compartían velada con otras figuras como Espartaco o El Capea.
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El Juli anuncia su adiós a los ruedos tras 25 años en la cima del toreo
Rosario Pérez / Jesús Bayort
«Fue muy aparatoso», recuerda Santiago sobre esa cornada dibujada en el rostro de El Juli todavía con el paso de los años y que pudo cambiar su carrera. Era 6 de septiembre y en menos de dos semanas, tomaba la alternativa. No pudo matar a su segundo de esa tarde de la 'C' de Carbonero el Mayor, en la que el cirujano Teo Nieto cosió el desgarro facial, pero apenas dos semanas después el diestro madrileño se consagraba como matador. Lo hacía en Nimes (Francia), con Manzanares como padrino y Ortega Cano de testigo. Sólo un año después de esa cornada en la plaza portátil de la localidad segoviana, El Juli estaba al frente del escalafón.
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