'Blacklladolid': Cinco días para poner música a la buena letra
Grandes espadas de la literatura y del género musical se reúnen en Fuensaldaña (Valladolid) para reflexionar sobre la sintonía entre las dos artes e imaginan en la provincia los escenarios ideales para sus próximas obras
Dolores Redondo: «En las novelas podemos hacer justicia. En la realidad, no tanto»
Luz Casal y Doloeres Redondo durante su intervención
«La música es fundamental para la mayoría de los escritores en su obra, ya sea como inspiración o como parte de ella», reflexionaba hace unos días en ABC la autora Dolores Redondo, una de las imprescindibles 'patas' sobre la que se sostiene Blacklladolid, el festival literario ... que nació hace dos años, con sede en el castillo de Fuensaldaña (Valladolid) con el objetivo de ofrecer a los escritores un lugar de encuentro «más personal, cercano y directo con el público».
Desde el pasado miércoles, entre las paredes de la rehabilitada fortaleza del siglo XII, en plena Tierra de Campos, bulle la literatura, el ritmo, el buen ambiente y el humor. Si en las dos ediciones anteriores los ingredientes para añadir a este 'maridaje' con la literatura fueron el 'crimen' y el 'vino', en esta ocasión lo es la 'música', fundamental tanto en la obra de Dolores Redondo -David Bowie, Donna Sumer o Tino Casal están muy presentes en su última obra 'Esperando el Diluvio'- como en la de César Pérez Gellida, la otra 'pata' vertebradora de este proyecto y quien llamó un día a las puertas de la Diputación de Valladolid para obtener el respaldo necesario para ponerlo en marcha.
Ese apoyo, así como el de otras tantas instituciones públicas y entidades privadas ha permitido ya, con la presente, tres ediciones del Blacklladolid, que por unos días convierte el antiguo salón de pleno de las Cortes de Castilla y León en una especie de mini 'confesódromo' donde escritores -y en esta ocasión, músicos-, charlan sin ataduras y encorsetamientos sobre lo que los inspira o cómo es su trabajo «desde la intimidad de su vida diaria», «de lo cotidiano».
Así lo hizo hace unos días Iván Ferreiro. El músico, referente de la escena 'indie' española, comparte autoría junto a su prima María Rod en el libro 'Meteoro y el señor conejo', que revela en clave de humor - y fantasía- lo que ocurrió -y no- en la primera gira que el intérprete gallego realizó junto a su amigo Leiva. «Todos me pedían que hiciera un libro sobre la depresión, e incluso me llegaron a decir que me ponían a alguien para escribirlo, a lo que contesté que de ponerlo, lo ponía yo». Y así, recordó que eligió a su prima, que escribe «de manera increíble», para «contar la gira de manera que todo fuera mentira» porque -confesó- «la ficción me gusta más que la realidad».
Durante la hora que duró su intervención, apuntó que a la hora de componer tiene en cuenta que las canciones, que él las entiende como «una mentira para contar una verdad», tienen que «hablar de los demás»: «Es un traje hecho a la medida para el oyente». Admirador de David Lynch, reconocía que no se atrevería a poner canción a ninguna de sus obras. Eso sí, no tuvo duda en elegir a Javier Vielba o Ángel Stanich para la banda sonora si cambiara de oficio y de repente se pusiera a escribir una novela negra con el castillo de Fuensaldaña como escenario.
De las simbiosis entre música y letra habló también Megan Maxwell. Tras hacer un repaso de su trayectoria, la escritora de novela romántica explicó que prácticamente no se podía poner frente a una hoja en blanco sin música: «Es un ritual», apuntó la autora venerada en Latinoamérica. «Me gusta mucho el soul y el blues, aunque también un poco de la escena. Si estoy escribiendo sobre algo de acción, a lo mejor me pongo a Aerosmith. Si es más romántico, puedo elegir a Pablo Alborán, Alejandro Sanz o Michael Bublé».
Antes de llegar al ecuador de la edición, el pasado jueves, pasó también por 'Blacklladolid' uno de los platos fuertes -y sorpresa- de esta edición: la intérprete Luz Casal, quien dialogó con Dolores Redondo. Las damas de la literatura y de la música conversaron sobre sus comienzos complicados y sobre cómo aquellos años influyeron en ellas y en sus obras. «Siento que el canto tiene que ser un reflejo de mi persona, de mi situación», manifestaba distendidamente la cantante, para quien la «humildad» que la caracteriza no debe estar reñida con sentirse «diva, en el sentido de creer en lo que estás haciendo y hacerlo de la manera más sublime».
A lo largo de la charla, Luz y Dolores fueron tejiendo la historia de sus vidas con palabras, como antes también lo había hecho el cantautor Andrés Suárez: «Tengo mucha envida de los compañeros que son verdaderos escritores, guionistas, que componen canciones, que son capaces de imaginar lo que quieren. Yo hablo de lo que conozco: del alzhéimer de mis abuelos, de un amor que fue, de mis padres, de Galicia. De lo que es cercano», señalaba.
Puestos a inventar, la pregunta para los intervinientes, es obligada estando en Valladolid. ¿Cuál sería su escenario ideal de la provincia si tuviera que ambientar una obra? Dolores Redondo lo tuvo claro: «El casco antiguo de la capital. Me gustan mucho las iglesias, porque puedes viajar al pasado y siempre se prestan a los misterios». «Me gusta que las novelas haya un sedimento de pasado siempre para no olvidar nuestro origen y la historia de los lugares que no representa», justificaba.
A la cuestión también se prestó el viernes Alicia Giménez Bartlett, quien opinó que para ella, Valladolid es una ciudad «difícil» para hacer una novela negra porque por su «tamaño» sus habitantes suele «coincidir, frecuentan lugares parecidos» y eso complica «las labores de investigación». Si lo tuviera que hacer, no obstante, la situaría en «uno de esos apartamentos turísticos, que hay tantos, donde entras con tu llave y nadie se entera». Allí, pondría a investigar a Petra Delicado y no a las hermanas Miralles, «que son muy valencianas».
Sobre la forma de construir su obra literaria y musical siguieron hablando este sábado Espido Freire, Antonio Muñoz Molina, Marwán y Miguel Gane. Este domingo lo hará Lorenzo Silva, que recibirá un reconocimiento por su novela 'Púa': «Es un premio a esta obra en particular y a toda su trayectoria. Seguramente estaríamos de acuerdo casi todos los escritores del país, yo creo que todos, que es casi un súper hombre», apuntaba al respecto Dolores Redondo.