En ese sentido, monseñor Luis Argüello ha reivindicado la experiencia del apóstol Santiago por su labor evangelizadora en la Península Ibérica como «un recorrido que puede ayudar» a la Iglesia en este «nuevo tiempo apostólico». Además, ha planteado la vida de la Iglesia como un «combate» en el que a los católicos se les presenta la siguiente disyuntiva: «¿A quién obedecer en el interior del corazón?. ¿Al Señor, a su amor nuevo e inédito que se hace perdón y servicio, o a esas tendencias o deseos que nos piden ser los primeros, tener más bienes, honores, comodidades, pasarlo bien?», ha reflexionado Luis Argüello.
Ante este «combate interior» que libraron los primeros 12 discípulos de Jesús y que a su juicio se produce también hoy en la Iglesia, el arzobispo se ha remitido a la lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles correspondiente a este 25 de julio, festividad de Santiago Apóstol: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres».
Finalmente, ha insistido en que «es preciso hacer un nuevo anuncio, un nuevo testimonio» en un momento como el actual, con unas comunidades «menguadas y envejecidas» en el que la Iglesia -como en su momento lo estuvo Santiago Apóstol- está llamada a peregrinar «con esperanza» y a sentirse convocada a anunciar el Evangelio «para que los hombres y mujeres de nuestro tiempo vayamos acogiendo, de nuevo, la llamada del Señor, que nos promete su amor inmenso y que nos propone entrar en la obediencia que libera el corazón de las ataduras de dentro y de fuera».
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